Economía circular, una mejor y más amigable opción


Por Paula Jimena Soto Cruz
Estudiante de la UVM Campus Querétaro

El modelo económico que prevalece en el mundo y se practica excesivamente se conoce como lineal. Este modelo opta por procesos agresivos para la rápida extracción de recursos, los cuales serán utilizados para la elaboración de productos que generalmente tienen obsolescencia programada, por consiguiente, estos serán desechados en un periodo de tiempo prematuro que posteriormente provocará un grave déficit en recursos y exceso de basura. Básicamente es un modelo que promueve el consumismo, el crear, usar y tirar; se estima que el modelo económico lineal genera aproximadamente 2,100 millones de toneladas de desechos cada año a nivel mundial, del cual tan sólo el 16% se recicla, además de provocar el agotamiento de recursos, la destrucción de la flora y fauna y el riesgo de que este planeta de vuelva cada vez menos apto para la vida humana.

Afortunadamente existe una alternativa para redefinir la manera en que interactuamos con los recursos, los bienes, servicios, esquemas de negocios y procesos industriales. La economía circular plantea la viabilidad de optimizar el uso de los recursos, así como de los residuos e incorporarlos a la economía basándose en la reducción, reutilización y reciclaje.  Es urgente aprender que la vida de un recurso no termina cuando deja de ser “útil”, si no que puede reintegrarse en la cadena de valor como un recurso reciclado.

La economía circular se basa en la sostenibilidad y se caracteriza por ser biomimética, es decir, que su inspiración tecnológica y de innovación surge de la naturaleza, donde todo se reutiliza y nada se desperdicia; no se trata de copiar a la naturaleza sino de emularla y de preguntarse ¿Qué haría la naturaleza en una situación concreta? Para así desarrollar una solución donde cada componente cumpla una función de manera que no contribuya al agotamiento de recursos ni contamine con los residuos o procesos.

Bajo un modelo circular se realizan funciones positivas en el sentido económico, social y ambiental; se trata de un buen manejo de residuos que promueva el desarrollo de energías verdes, que busque un mayor aprovechamiento de recursos, minimizar la producción de nuevos insumos mientras destaca la utilización de productos biodegradables, ahorra costos (ya es más rentable reutilizar componentes que no se pueden reintegrar al medio ambiente en vez de producirlos de nuevo) e involucra al sector público, privado y a la sociedad en general.

La extracción de materiales desde la Revolución Industrial impulsó el progreso pero también es el causante principal de emisiones de gases de efecto invernadero provocadas por el hombre. Según el informe ‘The Circularity Gap Report 2019’, realizado por la empresa social Circle Economy, se calcula que el 62% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (excluyendo las provenientes del uso de la tierra y la silvicultura) se liberan durante la extracción, el procesamiento y la fabricación de bienes para atender las necesidades de la sociedad; solo el 38% se emite en la entrega y el uso de productos y servicios.

Con el paso del tiempo nos hemos acostumbrado a extraer más recursos de los que el planeta puede generar, los cuales se convertirán en residuos que permanecerán contaminando la tierra cientos de años. Debido a que solo el 9% de la economía es circular, es urgente generar un cambio sistemático que preserve el bienestar de las generaciones futuras y al mismo tiempo genere riqueza. Nuestra participacion en este sistema debe insitar al consumo responsable, ya que a diferencia del modelo económico tradicional, la economía circular nos permite hacer una evaluación del impacto ambiental que genera la elaboración de un producto en todas sus etapas (diseño, la adquisición de materias primas, la fabricación y transporte).

Lejos de ser un término de moda como lo es el “Green washing” (practica de vender un producto aludiendo a ser ecológico cuando no lo es, el lavado verde es solo una técnica de marketing), la economía circular busca ser una nueva filosofía corporativa donde todo el ciclo de producción es redituable y ecológico.

Las estrategias del gobierno contra el cambio climático han pasado por alto el potencial de la economía circular, se deberían rediseñar las cadenas de suministro hasta los pozos, campos, minas y canteras donde se originan los recursos para que se consuman menos materias primas, así se reducen las emisiones y aumenta el crecimiento al hacer que las economías sean más eficientes debido a la preservación de la vida útil de los recursos existentes. Otras medidas que deben considerarse son priorizar la circulacion de productos bajos en carbono o producidos con materiales reciclados, así como la creación de normas que mejoren el manejo de residuos, abolir subsidios / insentivos financieros que fomenten la explotación de recursos naturales, incrementar impuestos o bien, reducirlos según la extraccion de recursos, las emisiones, y la produccion de desechos que genere una empresa.

Los problemas socio ambientales que enfrentamos como lo son la creciente urbanización y presión demográfica, el desarrollo económico y tecnológico han contribuido agresivamente al cambio climático y a la contaminación del agua, aire y la tierra. Actualmente México es la segunda economía que más desechos genera. Anualmente, el país produce 44 millones de toneladas de desechos (40% orgánicos), con lo que se podría llenar 83 veces el Estadio Azteca; se prevé que la población aumentará aproximadamente en 10 millones en la siguiente década, lo cual implica una mayor generación de residuos causados por el aumento en el consumo de productos.

La iniciativa ‘Nueva Economía del Plástico’, liderada por la fundación Ellen McArthur, busca impulsar una gestión correcta de los residuos a través de un modelo de economía circular. Es posible que los plásticos sean una opción más sencilla y pueden brindar ciertos beneficios bajo circunstancias específicas; no solo es indispensable que estos sean 100% reutilizables, reciclables, compostables y que los negocios se deben responsabilizar de rediseñar sus productos, el uso y acopio de estos; esta iniciativa además de promover el mejoramiento del reciclaje pretende cancelar los empaques innecesarios y plásticos de un solo uso, debido a que los problemas medioambientales que enfrentamos muchas veces son resultado de la altísima demanda y aumento en la producción de plásticos, por lo que se requiere la eliminacion de estos para lograr una verdadera economía circular.

El pasado 2019, los senadores Ricardo Monreal (MORENA) y Jorge Carlos Ramírez Marín (PRI), pactaron y presentaron como una solución para la mala gestión de residuos y emision de gases de efecto invernadero el Acuerdo Nacional para la Nueva Economía del Plástico en México, sin embargo, este fue rechazado por la misma Fundación MacArthur, ya que la visión original de la iniciativa ‘Nueva Economía del Plástico’ de la fundación fue modificada para no intervenir en los intereses de la industria, extrayendo las partes convenientes para que ésta tenga la posibilidad de seguir actuando irresponsable pero discretamente bajo una infraestructura que perpetua el uso de alternativas como los tiraderos, la incineración de basura y la conversión inadecuada de desperdicios en energía, sin aumentar la capacidad de reciclaje, enfocandose únicamente en una solución post-consumo. La industria, productores y distribuidores de plásticos de un solo uso deben innovar en el diseño de envases y empaques que reduzcan la generación de residuos, así como hacerse cargo de la gestión de los residuos que sus productos generan. Los legisladores y participantes deben asumir compromisos de mayor envergadura y descartar por completo la producción y comercialización de plásticos innecesarios; cabe mencionar que estos compromisos deben cumplirse para 2025, fecha pactada en el Acuerdo Global y no en 2030 como se plantea en el Acuerdo Nacional.

Si bien es importante adoptar un modelo circular, también hay que recordar que no solucionará los problemas ambientales en su totalidad; centrarnos en las energías renovables, evitar la deforestación e incentivar el reciclaje son solo algunas de las muchas acciones que pueden ayudar a desacelerar el cambio climático. Informar y concientizar a la población sobre el impacto de sus acciones diarias; antes de adquirir un producto debemos preguntarnos ¿cuál es el proceso por el que pasó para ser creado? ¿Los productores tuvieron un trato justo? ¿Qué materiales se usaron? ¿Son buenos para el medio ambiente? ¿Cuánto tiempo durará? ¿Qué hará cuando su tiempo de vida haya terminado: tirarlo o reciclarlo?

El camino de sustentabilidad para México aún es largo, por eso mismo empresas, gobierno, sociedad y países deben trabajar en cooperación no solo para cumplir con la Agenda, si no para tener un mejor desarrollo y condiciones de vida para el futuro.   


         

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2 Comentarios

  1. muy interesante y actual su trabajo, ojala y pronto tengamos resultados específicos del acuerdo nacional para la nueva economía del plástico.
    pero lo mas importante, desde mi punto de vista, es involucrar a la sociedad en general, somos los consumidores los que debemos de definir el valor ecológico de los productos y así decantar hacia un consumo mas responsable.
    se que no es fácil, pero debemos de utilizar toda nuestra inteligencia en promover esto ante toda la sociedad.
    necesitamos mercadólogos comprometidos con el medio ambiente y dejar de comprar productos que no cumplan los estándares mas básicos en la conservación de los recursos naturales en su elaboración y distribución.

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