El Santo y la Gordillo contra los prizombies asesinos


Ramiro Padilla Atondo

Le cayó el hacha a la maestra. Un suceso como este quedará para la posteridad.  Y como dice el viejo refrán: cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar. Lo que es absolutamente ridículo es que la metan al bote por desvío de fondos. Si ese fuera el caso, el partido en el gobierno no tendría quien los representara a nivel nacional, estatal y municipal, vamos no tendrían ni para agregados diplomáticos en Guyana.
Claro que un asunto como este es una medida de relumbrón tan buena para fomentar mensajes de que ahora sí vamos con todo, aunque sea solo el quitarse un rival político de encima.
La corrupción no se elimina metiendo al bote a los peces grandes, la corrupción se elimina cuando se maneja con el mismo rasero todos los casos. Hay que ver qué consecuencias tiene esta medida.
Por lo pronto, un beatífico Murillo Karam mirará a la cámara con aire circunspecto y dirá que la corrupción se tiene que acabar, aunque ni mi sobrino de tres años se lo crea.
¿Y que pasará con Romero Deschamps, o Granier de Tabasco, porque digo, si a cantidades vamos esos cuates se llevan de lejos a la maestra.


Imagino el cuarto de guerra en los pinos. Uniéndome a las teorías conspirativas creo que algo grande va a pasar. A los políticos les encantan las cortinas de humo. Por lo pronto, el brujo que fue a visitar la Gordillo a Africa debería de regresarle el lanonón que le cobró. Y desgraciadamente el Santo ya no está para defenderla de los zombies priistas, que de ahora en adelante, vuelven a ser dueños de la educación en México.
Un regreso a las viejas prácticas. La pregunta del millón ¿Qué pasará por la cabeza de Salinas?
Por lo pronto, corren fuertes rumores de que la Gordillo ya solicitó la ciudadanía francesa.