ANIVERSARIO LUCTUOSO DE MACARIO LUVIANO Domingo en Sinfonía del Mar: Acapulco, Guerrero


ANIVERSARIO LUCTUOSO DE MACARIO LUVIANO
Domingo en Sinfonía del Mar 06:00 PM
Acapulco, Guerrero
15 aniversario luctuoso del maestro  Macario Luviano y evento musical
............................
"LA BODA MUSICAL" de Macario H. Luviano Ruiz,
el cual se publicó en abril de 1998 en la revista "Opus 52"
el autor y músico lo escribió el 25 de junio de 1985
Acapulco, Guerrero
................................

LA BODA MUSICAL

En catedral del glorioso San Antonio 
celebrose un matrimonio distinguido y musical,
el clerical celebre era un armonio
quien recibió al matrimonio con una marcha nupcial.
Una trompeta de una orquesta danzonera
salsómana y rumbera; era la novia inquieta.
y un sax. Tenor ‘’Jazzista consumado’’
talentoso y delicado era el novio de esta unión.
La gorda suegra, era una gruñona tuba
belicosa y testaruda, dura como una piedra
y el viejo suegro, un flaco trombón de aras
que glisando se pasara en gran circo del pueblo.
Pero el tenor también tenia parientes
pues todos sus descendientes son hijos de un saxofón
saxofón alto, barítono y soprano,
del tenor eran hermanos, nietos del saxo bassón.
Fueron llegando todos los instrumentos
y para que les cuento, se alboroto el fandango
los familiares del novio saxofón
desfilaron en sección, peleándose los lugares.
Llego el soprano y empujo al saxofón alto
y el barítono dio un salto, regañando a sus hermanos
y los padrinos del tenor y la trompeta
era: el bugle, la corneta, el saxor y el bombardino.
Se convidó a unos cornos parientes,
unas flautas descendientes, dos oboes y un fagot
y se escuchó, en la gran misa de gala
con armoniosas escalas, el ‘’Ave María’’ de Gunod.
Al terminar la solemne ceremonia
dirigiéndose al ‘’Colonia’’, un salón de ese lugar
los invitados, al ver a los contrayentes
aplaudieron fuertemente a los nuevos desposados.
La gran orquesta recibió con una diana
a la pareja lozana y dio comienzo la fiesta
clásico vals tocaron tres violines
y por todos los confines dio comienzo el festival.
Hubo de todo… Formándose el bailazo
y en gigante palomazo, cada quien toco a su modo
bailaron: swing, fox trot, cumbias, tangos
danzones, cha cha cha, mambos que alegraron el festín.

Y el punto chévere llegó a la tumbadora
y en menos de una hora todo se puso alegre
lego el bongó, el quinto, el salidor
y a golpe de tambor, la rumba se formó.
El tololoche, jazzeando con el piano
cuatro y cuatro, mano a mano, hasta que se hizo de noche
cuando el alcohol empezó a hacer sus estragos
que ya no les cabía un trago, ni la gota de un jaibol.
Ya todo el mundo andaba fuera de compás
pues estaban hasta atrás con un cuete tremebundo
en tres jarocho empezó a mentar la madre
y a gritar: ‘’yo soy su padre’’ jijos de setentayocho.
El clarinete cayose de una silla
perdió tres zapatillas y estrelló su barillete
por otro lado, se pelearon los trombones
 se quedaron sin pistones y todos desnivelados.
Poquito a poco se fueron retirando
y el salón se fue quedando desolado y silencioso.
Pasó un buen tiempo y la pareja enamorada
de su vida disfrutaba y trabajaban contentos.
Y en un ensayo, la trompeta hizo mutis
aprovechando de un tutti pues sufrió un fuerte desmayo.
De la primera la bajaron a la quinta
pues la pobre estaba encinta y no subió ni una sola escalera.
La vecindad en donde ella habitaba
todo mundo la cuidaba, sabían que iba a ser mamá.
Más de repente, nació un saxofoncito
de trinos menudito pero a veces estridente.
Sigo creciendo y al cabo de un buen tiempo
el joven instrumento se iba desenvolviendo.
Y resulto que se enredó con las pandillas
entre drogas y pastillas y vicioso se volvió.
En ese ambiente de joven pandillero
en sax. Rocanrolero se volvió de repente.
Y el pobre padre, furioso y angustiado
a su hijo ha regañado con el tono más grave.
 ‘’Yo me empeñe tratando de enseñarte
solos de Charlie Parker, Dexter Gordon y Stan Getz
tu madre, bien… Autentica salsera
ella quería que fueras un buen Latin Jazzmen’’.
Y para nada sirvieron los consejos
pues el tenor ya muy viejo, su hijo lo ignoraba.
Aquí… El final de esta historia se completa
del tenor y la trompeta, matrimonio musical.
Ellos se van cada vez más apagando
y el hijo rocanroleando, viviendo como un patan
y en su sillón el pobre viejo improvisando
con nostalgia recordando a John Coltrane y Lexter Young.
Y la trompeta, montuneando en la cocina
se coló la sordina, e inspiraba muy inquieta.
Y se acabó, esta historia musical
con bebop, cool, y avantgard… Salsa, rumba y guaguancó.
                                                           
FIN.
Macario H. Luviano Ruiz
Junio 25 de 1985, ACAPULCO, Gro., México.
Publicado en Abril de 1998 en la revista Opus52 revista del músico de Guerrero.


El maestro Macario Luviano en acción.