El alma literaria de una nación



José M. Gómez

Con la reciente expectativa generada por la gira de Enrique Peña Nieto por tierras japonesas, se habre una pauta para reflexionar sobre uno de los creadores literarios más sobresalientes de la tierra del sol naciente, Yukio Mishima, Para algunos un fanático que murió por ideales trastornados (dirigió junto con los miembros de su grupo a un cuartel del ejército que ocuparon en un fallido golpe de estado, y tras un discurso a la tropa, él y su compañero Masakatsu Morita se quitaron la vida mediante el seppuku, el suicidio ritual japonés) no obstante fue un escritor disciplinado y versátil. No solo escribió novelas, novelas de series populares, relatos y ensayos literarios, también obras muy aclamadas para el teatro kabuki y versiones modernas de dramas nō tradicionales.
En sus novelas se rebelaba contra una sociedad para él sumida en la decadencia moral y espiritual a la vez que defendía la figura del Emperador, como la mayor señal de identidad de su pueblo. Más tarde formaría la Sociedad del Escudo (Tatenokai), con un fastuoso uniforme que él mismo diseñó y en el que pretendía reencarnar los valores nacionales de "su" Japón tradicional. Conocido en los círculos lectores por la tetralogía de el Mar de la Fertilidad compuesta de las novelas Nieve de primavera, Caballos desbocados, El templo del alba y La corrupción de un ángel (esta última enviada a su editor el mismo día de su muerte), en su conjunto, constituyen una especie de testamento ideológico del autor, no obstante es Confesiones de una Mascara la que le dio una notoriedad mundial. considerada un trabajo autobiográfico relata los primeros años de un joven japonés inmerso en un ambiente familiar dominado por su abuela, que además de alejarlo del resto de su familia, lo recluye y evita que participe en actividades de riesgo o en las que exista la posibilidad de herirse.
A lo largo del libro se puede llegar a apreciar la influencia estética de Wilde, escritor que leyó vorazmente durante su juventud y el reflejo de una sociedad que abandonaba definitivamente su conexión con el pasado para adentrarse en el mundo moderno. Fueron estas características las que le llevaron a ser siendo propuesto para el Premio Nobel de Literatura en tres ocasiones, y fue pretendido por muchas publicaciones extranjeras.
Para muchos críticos de la literatura japonesa la muerte de Mishima significó la desaparición de  uno de los críticos más lúcidos de la sociedad japonesa de posguerra y un artista superdotado que marcó señaladamente un rumbo en la historia de la literatura japonesa contemporánea.