Alfredo Nava Pérez
La narrativa que ha construido el gobernador Ángel Aguirre
Rivero, en la cual afirma que él no está casado con el cargo y que si su
renuncia abona a solucionar el problema de los 43 estudiantes de Ayotzinapa
desaparecidos, estaría en la mejor disposición de presentarla; se contrapone a
las acciones intimidatorias que en los últimos días el gobierno del estado ha
emprendido para minimizar el enorme rechazo popular que miles de guerrerenses y
mexicanos en general, le manifiestan en las calles de las principales ciudades
de nuestra entidad y del país. Las exigencias de las diferentes organizaciones
estudiantiles, sindicales, empresariales y sociales del país son muy claras:
justicia para las familias de quienes perdieron la vida en los atentados del 26
de septiembre en Iguala, presentación con vida de los jóvenes normalistas
desaparecidos y la renuncia inmediata del gobernador de Guerrero, por su
incapacidad para controlar lo que sucede en el Estado.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3aTWpJKgNdDzPT2lgnmKjliGnCFrgPMX7eOrYe1JHAm35qGOOH91t3I1ueO0cFWpSP8lTcf_qpKVNdAQ4NK0IB9Ljj6Ea42siWRgojRpd994JwnD3YZCS-msZRVdYA5qtk1I6AkHhY-ut/s1600-rw/1076b6e9-659f-4842-846a-2bec4bedd3ee%5B1%5D.jpg)
A pesar de las maniobras del gobierno del estado y de sus
pronósticos fatalistas, que planteaban un panorama extremadamente violento,
para atemorizar y desorientar a la población, cerca de 15 mil personas salieron
a las calles para manifestar su repudio al gobernador Ángel Aguirre por su
actitud omisa y cómplice en relación a los hechos violentos de Iguala, así como
para exigir justicia y la aparición con vida de los 43 normalistas de
Ayotzinapa. La mega marcha contradijo todas las versiones distorsionadas
difundidas por las autoridades locales, no hubo afectaciones graves, tan sólo
algunas pintas, no se hicieron desmanes ni se vandalizaron edificios públicos.
La nota fue la actitud pacífica y las muestras de civilidad de los marchistas.
El contingente dio una bofetada con guante blanco, ratificándole a la sociedad
que la lucha no es en contra suya, sino del gobierno represor que encabeza “la
cachetona”, mote con que han bautizado en las movilizaciones a Aguirre Rivero.
Entre tan incertidumbre derivada del caso Iguala, hay algunas
certezas:
Guerrero tiene un pésimo gobernador, pero cuenta
con un excelente actor, capaz de interpretar a un personaje pusilánime, tan “convincente”
como su propio desempeño al frente del
gobierno del estado.
Ángel Aguirre Rivero se está quedando sólo, quizás por eso
se defiende como gato boca arriba. Y eso que no está aferrado al cargo,
imagínense si lo estuviera.
P.D.
Qué ironía, el gobierno mandó más policías a Acapulco para
vigilar la movilización, que a Iguala para buscar a los normalistas
desaparecidos.
0 Comentarios