Averígüelo Vargas

Enrique Vargas Orozco

TERMINA EL 2014 EN UN AMBIENTE MEJOR QUE EN LOS ÚLTIMOS MESES

  

Ya estamos aquí de regreso, luego de unas ricas vacaciones con la familia, y con los mejores deseos para nuestros lectores, que tienen la paciencia para aguantarnos, pero siempre con la intención de colaborar en la interpretación de los tantos y complicados asuntos que se dieron en los últimos 4 meses. Mando una felicitación y un abrazo a todos los que animen a entrar en estas líneas y a los que no, también los felicitamos y les deseamos lo mejor en este año que comienza.

En estas últimas dos semanas se advirtió un ambiente más relajado, con menos marchas, protesta y bloqueos por parte de los ayotzinapos, los cetegistas y los padres de los normalistas muertos y desaparecidos, aunque eso no es producto de una mayor madurez en el actuar de esos desordenados, sino porque los cetegistas cobraron sus sueldos, su aguinaldo de 90 días y se fueron de vacaciones; los ayotzinapos no tienen sueldo no aguinaldo, pero lo compensaron con todo lo que robaron en las casetas de la Autopista del Sol.

Los únicos que realmente enfrentan el dolor y la desgracia con los padres de los muchachos muertos y desaparecidos. A ellos nuestra solidaridad y respecto.

La verdad es que el “espíritu justiciero” de esos maestros que defraudan al país, a la ciudadanía y a los niños que se quedaron sin clases desde principios de octubre y que están en riesgo de perder al año escolar que apenas completra su primer semestre, es una vacilada, porque lo que buscan es lucrar, seguir cobrando sin trabajar y hacerse los revolucionarios, aunque está claro que se esa manera no llegarán a ninguna parte y sólo causarán daños a la educación del estado, que no es posible reparar ni recuperar.

Es tiempo de que la gente reconozca, especialmente los dolidos y esperanzados padres de los 42 normalitas desaparecidos, que todo indica que es real la versión de la PGR, de que los muchachos fueron asesinados y quemados en Cocula.

Claro que no hay nada peor que perder a un hijo y más aún en las circunstancias de este caso, pero deben reclamar que se castigue a los que tuvieron alguna responsabilidad; ya hay decenas de sujetos detenidos, entre policías, halcones, sicarios, además del alcalde de Iguala, José Luis Abarca y su mujer, líderes de la delincuencia organizada en esa ciudad y región Norte, aparte de que se hizo renunciar al gobernador Ángel Aguirre y al procurador Iñaki Blanco.

Los padres deben exigir a los líderes de Ayotzinapa y los dirigentes de la Ceteg que estén involucrados, que les expliquen las razones por las que mandaron a los normalistas de primer ingreso a cometer desmanes en una ciudad tan peligrosa.

MUY JUSTO QUE LOS PADRES exijan justicia, pero que se haga en todos los que participaron de alguna manera en la decisión de mandarlos a crearle problemas a Abarca Velázquez, cuando ya estaba acusado del asesinato de varias personas, entre ellos Arturo Hernández Cardona.

Realmente, esa situación debe superarse, porque el estado debe continuar sus actividades sociales, políticas, económicas y educativas.

EN ESTE MES HABRÁ DE DARSE “DESTAPES” POR TODAS PARTES

Este acontecimiento tan grave necesariamente ha retrasado toda clase de actividades, entre ellas las políticas, aunque el gobernador Rogelio Ortega afirmó que “se garantizará el desarrollo del proceso electoral”, que ya debería tener un cierto avance, bloqueado por esos grupos intransigentes e intolerantes.

El camino inmediato para hacerlo debe ser el diálogo e insistir en una salida de ese tipo por todos los medios posibles, pero si se impone la cerrazón, pues entonces debe aplicarse la ley.

Ya los aspirantes a los diversos puestos de elección popular están más que puestos para iniciar su trabajo proselitista.

Claro, el cargo más importante es la gubernatura del estado y por parte del PRI están anotados Mario Moreno Arcos, Héctor Astudillo, Manuel Añorve y Cuauhtémoc Salgado. En ese orden podrían tener la posibilidad de lograr la postulación.

Sin embargo, como pocas veces, ya han dialogado entre ellos y con los dirigentes de su partido y están de acuerdo en trabajar unidos en favor de quien sea ungido abanderado priista, porque señalan que la prioridad es recuperar la gubernatura y estiman que están en el momento más apropiado para lograrlo.

Efectivamente, todo muestra que los priistas están ante la oportunidad de ganar la titularidad del Poder Ejecutivo estatal en la elección del próximo mes de junio y también recuperar espacios en el Congreso del Estado, que ha sido controlado por los perredistas, e incluso lograr el triunfo en buena parte de las diputaciones federales, controladas por el perredismo, pero que no pueden decir que han tenido un desempeño  arriba de la medianía, aunque con algunas excepciones.

En dos ocasiones, representantes del perredismo lograron la gubernatura, pero el primero, Zeferino Torreblanca acabó siendo su enemigo político, mientras que Aguirre Rivero se descuidó y se desató la furia en Iguala, que finalmente le costó el lugar en el palacio de gobierno.

DEL LADO CONTRARIO DEL ESPECTRO POLÍTICO, los grupos, partidos y corrientes de izquierda, no parecen estar en unidad y ahí hay más aspirantes, como serían los casos el alcalde acapulqueño, Luis Walton, que contiende con el ex alcalde Alberto López Rosas, la ex secretaria de Sedesol, Beatriz Mojica Morga, el llamado jaguar, Armando Ríos Píter, aunque este tienen el rechazo definitivo del dueño de Morena, Andrés Manuel López Obrador.

Este mes de enero y los que vienen va a ser de mucho ajetreo, pero antes que nada hay que superar los obstáculos de quienes pretenden que no haya elección.

Habrá que preguntarles que ¿si no hay elección cómo nos vamos a gobernar, quién o quienes designarían a las autoridades?

Los cetegistas ya hablan de destituir presidentes municipales e integrar Concejos, que seguramente ellos definirían o tal vez también quieren designar a los diputados locales, a los diputados federales e incluso al gobernador del estado.

Hay que recordarles que sí pueden hacerlo y el camino es la elección libre y democrática.

Por eso, con el diálogo y algunas presiones menos amables habrá que convencer a esos partidarios del caos, que la elección es un proceso legítimo y el que le permite a la ciudadanía elegir a sus representantes y gobernantes.

Tal vez hay necesidad de hacerles “manita de puerco” a los intolerantes, para que no provoquen problemas en el proceso electoral y la elección venidera.

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