Alberto Manguel y Enrique Vila-Matas, dos de los escritores más reconocidos en el mundo de las letras hispanoamericanas, tomaron parte en las mesas de análisis que la Dirección General de Publicaciones (DGP) del Conaculta organizó dentro de las actividades de la 29 Feria Internacional del Libro de Guadalajara, para dar a conocer los más recientes títulos de sus colecciones de clásicos.
Los autores ofrecieron reflexiones sobre su manera de definir un texto clásico y la necesidad de ponerlos al alcance de la sociedad. El escritor y editor argentino–canadiense Alberto Manguel lo calificó como un “manual de preguntas abiertas que sirve para tratar de saber quiénes somos; lo que es el mundo en que vivimos”, mientras Enrique Vila-Matas (España), recién galardonado con el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2015, los distinguió como “libros que no se agotan nunca porque están abiertos a todo tipo de interpretaciones”.
En la charla que sostuvo con Jesús Silva-Herzog Márquez, moderada por Marina Núñez Bespalova, directora general de Publicaciones del Conaculta, Alberto Manguel lamentó que aunque desde hace siglos existieron sociedades donde la lectura era considerada un acto privilegiado, hoy las cosas se hayan transformado.
“Si miramos la historia de las sociedades, esa relación de la sociedad con la lectura cambia, pero casi nunca fue una relación que otorgara prestigio a la literatura y al acto de leer. Quienes están en una posición de autoridad, de gobierno, no manifiestan un enorme entusiasmo hacia la promoción de las cosas intelectuales, sobre todo por la lectura.
“Lo que me entusiasma, lo que me alegra, lo que me da motivos optimistas es que una agencia del gobierno como Conaculta produzca una colección así. Es nada menos que asombroso. El ciudadano lector elige sus clásicos entre lo que le dice la tradición que son clásicos y lo que él o ella fabrica como clásicos por motivos personales. Pero que un gobierno a través de una de sus agencias proponga una colección de clásicos a sus ciudadanos es un hecho de enorme importancia”, comentó el también editor.
Alberto Manguel consideró que si bien las listas de clásicos, el canon, necesitan revisarse constantemente, no por ello se tienen “que echar ciertas obras que han mantenido por razones valederas su peso y su prestigio. No por cambiar el canon vamos a decir no damos más importancia a La Iliada, a La Odisea, a LaDivina Comedia, al Quijote y así sucesivamente.
“Lo que me parece tan interesante en la creación de esta colección es que es al mismo tiempo tradicional y ecléctica. Se han elegido obras de la literatura mexicana, pero también de América Latina (y del mundo) en general. He tenido maravillosas sorpresas, en descubrir autores que yo, como un lector alejado de la cultura mexicana no conocía y que me alegro ahora conocer”, detalló el escritor.
Por su parte, Enrique Vila-Matas, cuestionado por el poeta Julio Trujillo sobre su definición de clásico, comentó que sería aquel libro que no se termina de leer y que en cierta manera no acaba de entenderse.
Puso como ejemplo que un cuadro o la lectura de un libro pueden gustarle mucho, parecerle perfectos y entenderlos, al grado de saber que no pueden darle más del conocimiento que ya tiene. Sin embargo, “veo una cosa que no entiendo y entonces ahí, según ocurra puedo estar años interesado por ella.
“Lo que no entiendo muchas veces queda abierto a la interpretación, es una cosa que se abre a otra interpretación. Esto que no entendemos de alguna forma abre el juego, diría que los clásicos no los acabamos de leer nunca, porque nunca los tenemos totalmente captados y por lo tanto abren esto. Luego me pasa con un clásico contemporáneo, con Kafka, cada vez que entro en sus diarios digo: cómo es que no me fije en esto. Lo había leído, pero lo he leído ahora de una manera diferente.
“Por lo tanto tiene razón Calvino, porque el clásico es algo interminable siempre. No digamos con El Quijote, con Shakespeare y tantos otros, en todo caso son libros que no se agotan nunca, porque están abiertos a todo tipo de interpretaciones”, reiteró el novelista.
Alberto Manguel participó en la mesa Qué leer antes de morir I, en la que se dieron a conocer los títulos más recientes de la colección colección Cien de México, Cien de Iberoamérica y Cien del Mundo, entre los que se encuentran Memorias, de Fray Servando Teresa de Mier; Por la libertad de mi patria, de Simón Bolívar; Cartas persas, de Montesquieu; Memorias de la casa muerta, de Fiódor Dostoievski, eHistoria natural de la religión, de David Hume.
Enrique Vila-Matas estuvo en la mesa Qué leer antes de morir II, organizada para presentar los nuevos libros de la colección Clásicos para Hoy, que incluyenDon Casmurro, de Joaquín María Machado de Assis; Oblómov, de Iván Goncharov;Cuentos para leer sin compasión, de Horacio Quiroga y Comedias escogidas, de Juan Ruiz de Alarcón.
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