Muchas son las vetas del quehacer periodístico, caminos que ha transitado el escritor David Martín del Campo, quien ha desempeñado múltiples tareas en el mundo de las letras, su pasión. Nació en la ciudad de México el 21 de enero de 1952. Estudió periodismo y comunicación colectiva en la Universidad Nacional Autónoma de México y cinematografía en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos. Ha colaborado en distintos medios como el unomásuno, La Jornada, Reforma, entre otros.
Conocedor agudo de los distintos géneros de la lengua escrita, destaca en su trabajo literario de grandes aristas y múltiples temas. Su trabajo de casi 40 años discurre por el cuento, el ensayo, la novela, la literatura infantil, además de haberse desempeñado como columnista.
En su haber encontramos Isla de lobos (1987), Dama de noche (1990) y Alas de Ángel (1990), cuentos como El cerro del ruido(1982), Los hombres tristes (doce cuentos), Joaquín Mortiz, Serie del Volador (1995) y La tortuga veloz, El tlacuache lunático (y otros cuentos), Mar y tierra como parte de su aporte a la literatura infantil.
En su más reciente obra El último gladiador (2015), el escritor recuerda los viejos años como periodista, redactando notas, cubriendo eventos, lo que lo llevó a “foguearse” y dar matices a su estilo, “el aprendizaje obtenido tras escribir hasta siete notas en una tarde y teclear como loco, uno aprende a desafiar, a ser un poco respetuoso con el lenguaje”, apuntó.
Su pluma ha sido forjada con décadas de trabajo y en distintos medios lo que lo ha llevado a ser reconocido actualmente por la crítica especializada como un importante representante de la novela mexicana actual. Pertenece a la generación de periodistas que buscaron profesionalizar su trabajo, el que ejerció “con la soltura del que se sabe destinado a plasmar en letras los mundos imaginario y real que nos acongojan, nos deleitan, nos rodean”, escribe Mauricio Carrera en el prólogo de El azul de Van Gogh libro que pertenece a la colección Periodismo Cultural.
David Martín del Campo ha sabido desdibujar la delgada línea que separa al periodismo y la literatura. Una vez le preguntaron: ‘¿Por qué escribes?’, y él respondió: ‘Porque ha sido el modo menos complicado de acercarme a la felicidad’”, puntualiza Mauricio Carrera.
Su rica prosa ha merecido el Premio Nacional de Novela José Rubén Romero, el Premio Nacional de Cuento Infantil Juan de la Cabada, el Premio Mazatlán de Literatura, entre otros. Ha publicado más de 30 libros, entre novelas, crónicas, ensayos y biografías. Desde 1993 colabora en el diario Reforma con su columna “Entre paréntesis”.
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