Carlos Chimal conversó sobre Anónimo y las conjeturas respecto a la vida de William Shakespeare




Existen muchas teorías que refutan la existencia o la autoría de William Shakespeare. Lo cierto es que su obra ha tocado por siglos las fibras más profundas de tantas generaciones y, por lo tanto, sus historias le pertenecen a la gente. Eso es lo verdaderamente importante.

Así lo aseguró el escritor Carlos Chimal durante la última de las sesiones del ciclo Charlas sobre cine y literatura: Shakespeare 400 años, el cual cerró con la proyección y conversación en torno al filme Anónimo (2011), de Roland Emmerich.

Escrita por John Orloff, la película es una versión ficticia de la vida de Edward de Vere, XVII Conde de Oxford, un noble isabelino, dramaturgo, poeta y mecenas de las artes, a quien se muestra como auténtico autor de las obras de Shakespeare.

En compañía de José Antonio Valdés Peña, subdirector de Información de la Cineteca, Chimal afirmó que hipótesis como las que plantea esta cinta de Roland Emmerich siempre han polemizado por la simple idea de no querer aceptar que una persona común puede llegar a escribir algo tan profundo como lo hizo el escritor inglés.

Según compartió, los argumentos alrededor de la autoría de Edward de Vere comienzan con su propio linaje: “Se piensa que sólo alguien como él, con su posición y sus recursos, podía haber descrito los conflictos de la corte isabelina, pero en Shakespeare todas las descripciones de la corte son erróneas, porque evidentemente nunca estuvo en la corte”.

A final de cuentas, subrayó, todos esos argumentos son muy débiles, se reducen a teorías “aristocratizantes” de que sólo alguien con una alta posición social pudo haber escrito tan maravillosas obras.

“Shakespeare escribió para el pequeño hombre, la gente común y corriente. No para las grandes figuras. Justamente por eso sus narraciones de la corte eran de risa loca. Lo que trasciende de sus obras es la humanidad, así que no importa si eres un rey o un carnicero, todo humano va a tener las mismas pasiones”, agregó.

Por su parte, Valdés Peña destacó que a pesar de su imprecisión histórica, la película tiene la virtud de recrear con acierto y espectacularidad la época isabelina, sobre todo el ambiente popular del teatro en época de Shakespeare.

“Las obras de Shakespeare estaban pensadas para el gran público y la cinta lo retrata muy bien, porque vemos a la gente emocionarse y vivir intensamente en el teatro. Ese público era gente común, comerciantes, marineros, prostitutas, campesinos”, señaló.

El ciclo Charlas sobre cine y literatura: Shakespeare 400 años fue posible gracias a la colaboración de la Secretaría de Cultura, la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes, la Cineteca Nacional y el British Council México.

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