Concluye Fotocoahuila en Saltillo con la exposición Remirarnos, trabajo que reúne la propuesta de artistas de Tijuana





Fue inaugurada la exposición Remirarnos: Re(e)nunciar a (el) Archivo, en el Recinto Del Patrimonio Cultural Universitario. En el acto estuvieron presentes la maestra Olga Margarita Dávila, coordinadora de Artes Visuales de la Secretaría de Cultura de Coahuila, Daril Fortis, curador de la muestra y las creadoras Mariel Miranda y Adriana Trujillo.

La exposición está integrada por propuestas fotográficas, de instalación, video y cine que exploran, a través de la recuperación, intervención y reapropiación de archivos fotográficos, nuevas formas de aproximarnos a la realidad, de mirar el pasado y las experiencias afectivas que de éste subyacen.

Muchos son los caminos posibles para narrar historias potenciales, lo que se ve reflejado en el trabajo de Aurelio Contreras, Adriana Trujillo, Jorge Luis Osiris Arias, Mariel Miranda, Rebecca Goldschmidt, David Veraparte y Jess Castillo, que presentan al espectador una reflexión para construir vías distintas para historiar y revisar nuestra memoria.

La memoria, los afectos que se inscriben en la fotografía y los retratos familiares, la fractura de su valor como archivo son los ejes de esta exposición que trastoca al espectador a través de la experiencia del otro, de sus reminiscencias.

En entrevista Daril Fortis habló sobre el proceso curatorial y la importancia de iniciativas como Fotocoahuila.

Dijo que se trata de “una reflexión a partir de propuestas de artistas que viven en Tijuana o tienen alguna relación por familia o historia”.

Este trabajo se da a partir de una primera edición que se presentó en el Festival Internacional de Fotografía de Tijuana, a partir de la investigación de artistas que trabajaron con esa temática, se presenta una segunda edición “que amplía este discurso y va en torno a revisar nuestros archivos, no sólo los grandes archivos nacionales o políticos, desde donde se narra la historia, sino también revisar los archivos familiares para releerlos y reescribirlos”, comentó.

Buscamos explorar otras formas de historiar, “revisarnos desde nuestros documentos fotográficos y también renunciar al archivo como entidad inalterable y univoca, para construir una vía distinta a la hegemónica, un camino posible para historiar desde otros lados”.

Sobre la escena de producción artística en el norte del país señaló que “aunque Saltillo y Tijuana pertenecen a la zona norte de México y tienen cosas que las vinculan también son territorios particulares, con diferencias, y a partir ellas se puede generar una reflexión mucho más profunda”.

Añadió, “las propuestas de estos artistas son muy complejas y funcionan en relación con la experiencia del territorio, de la condición migrante, de la frontera. Las formas de expresión en el norte están muy vinculadas a los grandes territorios desérticos, a la lejanía con el centro y nuestra cercanía con Estados Unidos, todos estos intercambios culturales, todos estos flujos, repercuten de manera significativa en las propuestas de los artistas en la región”.

El crítico y curador concluyó, “es muy importante que iniciativas como Fotocoahuila sean itinerantes, es un reto y una apuesta también por incidir en otros públicos, en otros territorios, en otras formas de concebir realidades para generar vínculos e intercambios significativos”.

Por su parte, Mariel Miranda habló sobre Todo esto sucedió en un instante y dura para siempre, trabajo que forma parte de la muestra, señaló que “se trata de una recuperación de archivos fotográficos de familias anónimas y las vinculo con mi biografía. Lo que intento encontrar son las coincidencias, gracias a que la fotografía de familia tiene ciertos rituales, ciertas ocasiones del rito del culto doméstico que se repiten una y otra vez, las celebraciones, los cumpleaños, las poses, los lenguajes corporales, son estos puntos los que a mí me interesa reconocer, en imágenes que han sido generadas en distintas generaciones, en distintas décadas y países”.

Imágenes provenientes de Paris, España, Estados Unidos, Tijuana y la Ciudad de México conforman el trabajo de la artista en un proyecto que “intenta reconciliar diferencias, encontrar los diálogos que existen entre nuestra historia personal y nuestra biografía con muchas otras”.

Sobre la fiesta de la imagen, que es Fotocoahuila, afirmó “es un proyecto sumamente ambicioso y muy bien ejecutado, una apuesta importante e interesante por el paradigma de producción fotográfica que estamos atravesando, ahora más que nunca debemos reflexionar sobre la producción de la imagen, a través del acercamiento con públicos jóvenes, el reconocimiento de trayectorias, los talleres, la profesionalización, es muy importante educar y formar nuevos sujetos, que puedan mirar de forma crítica e informada las imágenes”, concluyó.

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