falcotitlan : BIODIVERSIDAD

Hugo Falcón Páez


Un factor que nadie debe olvidar, es que todos provenimos de una célula.


Mañana es el Día Internacional de la Biodiversidad, y el lunes, el Día Mundial de las Tortugas. Por lo tanto, es necesario saber que como un conjunto de seres vivos y especies tenemos una interacción. Somos parte de una amalgama de células que pronto se convertirán en una evolución. Rodeados de organismos pluricelulares o unicelulares, tenemos que se calculan cerca de más de 30 millones de especies en la Tierra. Una cifra que puede aumentar porque no se conocen todas, a sabiendas de que algunas están en peligro de extinción. Hay organismos acuáticos y terrestres, de manera científica los seres vivos, en el reino de animalia o metazoa, constituyen un grupo de organismos eucariotas, heterótrofos, pluricelulares y tisulares. Pueden ser aerobios (viven con oxígeno en el aire o agua) y anaerobios (viven donde no hay oxígeno). Esta diversidad es macro y micro, parte de la organización, nutrición, metabolismo, reproducción, desarrollo, estructura, funciones y simetría. En fin, es fantástica la vida, que no podemos dejar de pensar que la biodiversidad es una materia esencial y verdadera. Hoy tenemos que celebrar que observamos y respiramos, que el resto de nuestros sentidos están expandiéndose. El resto, es sólo un conflicto del raciocinio, somos una especie única que se permite tantas cosas como la autodestrucción y la destrucción. Es ahí, donde pocos reflexionamos, y hallamos que esa exclusiva mente del hombre y la mujer, nos lleva al origen de tanto mal.


La diversidad biológica es toda una escalada en variabilidad genética y ecosistemas, y fue cuando en 1985 fue acuñado este concepto, en el Foro Nacional sobre la Diversidad Biológica de Estados Unidos. Y se publicó una obra científica en 1988 como “Biodiversidad”, escrita por Edward O. Wilson, entomólogo de la Universidad de Harvard. Ahora bien, las tortugas. Las hay terrestres, marinas, de agua dulce y semiacuáticas. Existen un poco más de 250 especies y se agrupan en 13 familias.


Algunas se llaman Tortuga Marina Verde, Laúd, Caguama, Carey, Lora y Golfina. Son reptiles vertebrados y poiquilotermos del orden de los Testudines, denominados Chelonia (Quelonios). Al ser ovíparos que se adaptan a su particular hábitat, y su cuerpo envuelto en un caparazón (plastrón y espaldar), son blanco fácil de los cazadores furtivos y de quienes roban los huevos de los nidos en las costas. De las tortugas pueden comercializar todo. Estos animales son vegetarianos y algunos omnívoros que viven cerca del mar. Quienes son las más propensas a extinguirse, por las redes y equipos de las embarcaciones que las amenazan. De su conformación, aprovechan su carne para diversos guisos, también para obtener aceite, y su concha para hábitos y tradiciones culturales. La contaminación de los océanos ha sido otro enemigo, la supervivencia es negativa, por ello está la Ley de Especies en peligro de Extinción de 1973. Pero la raza humana no cede, a pesar de que hay dispositivos que ayudan a las tortugas marinas a no ser capturadas con otras formas de vida acuática, ley que entró en vigor en 1989. Para proteger a esta especie, deben vigilarse las áreas donde se encuentren, como las playas públicas, para que no retiren los huevos y así contener a los depredadores de toda índole. Si enseñamos a nuestra niñez que estamos en un punto cero de no retorno para nuestro mundo, y que cada uno está interconectado de cierta manera, sólo así habrá mancomunidad con las especies y la naturaleza, con nosotros y con el futuro de la raza humana.

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