Hugo Falcón Páez
No hagas cosas buenas, que parezcan malas. Ni malas, que parezcan buenas.
Mañana se celebra el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas. Y en palabras de Ban Ki-moon, secretario General de la ONU, “Las iniciativas contra el tráfico ilícito de drogas, deben estar vinculadas con nuestra labor para promover oportunidades a través del desarrollo sostenible y equitativo. Debemos esforzarnos continuamente por fortalecer a las personas débiles y frágiles”. Entonces, la ciencia, un tema exacto y razonado, es la plataforma ideal para esclarecer esta industria. No la sensibilidad, ni la ética, ni la moral, ni la civilidad, ni mucho menos la inteligencia.
Sí, porque en el caso de México, se cultiva un promedio de 24 mil 800 hectáreas de amapola al año, principalmente en nueve estados del país y ocupa el tercer lugar mundial en la producción de esta flor, por debajo de Afganistán y Myanmar. Las entidades en que se ubican casi la totalidad de los sembradíos de los que se obtiene la heroína y la morfina son Sinaloa, Chihuahua, Durango, Nayarit, Jalisco, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas. Por otro lado, la amapola, un tema que disrumpe a la sociedad y también disgrega a los expertos. Ya que no por pertenecer al Senado o a cualquier Legislatura se atrevan a sumergirse a un tema generacional, pero sobre todo peligroso y violento. El negocio no es por ahí. Legalizar el cultivo de amapola con fines médicos tiene múltiples filtros económicos, sociales y políticos. La legalización como vía para reducir la violencia en una entidad, debe replantearse, sobre todo si se trata de uno de los más pobres del país. La posible legitimación del cultivo (del que se extrae heroína y también medicamentos como la morfina), es para algunos doctos en la materia, una opción a explorar.
La anterior información está contenida en el primer informe oficial de Monitoreo de Cultivos de Amapola correspondiente al periodo julio de 2014 a junio 2015 y que el gobierno de México entregó hoy a la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNOCD, siglas en inglés). Mientras que otros señalan y dan por hecho, que se trata de una alternativa sin futuro, si lo que se pretende es reducir la violencia vinculada a la ilegalidad. Esta tarea en su contraparte, se fecundó el 7 de diciembre de 1987, cuando se decidió conmemorar el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas a través de una resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas. En el cual todo esfuerzo debe tener un objetivo, dejar libre del abuso de las drogas, y tener una sociedad internacional al margen de este mal. En abril del presente año, se realizó una Sesión Especial (UNGASS) sobre drogas, y de acuerdo a ello seguido de lo expresado en el documento de políticas de 2009 denominado "Declaración Política y Plan de Acción sobre Cooperación Internacional hacia una Estrategia Integral y Equilibrada contra el Problema Mundial de las Drogas", el cual definió las acciones seguidas por los Estados Miembro junto con los objetivos a realizar antes de 2019. Se recomienda abordar la reducción de demanda y oferta, y para mejorar el acceso a medicamentos controlados mientras se limita su desvío. Las recomendaciones también incluyen las áreas de derechos humanos, jóvenes, niños, mujeres y comunidades; desafíos emergentes, incluidas las nuevas substancias psicoactivas; reforzar la cooperación internacional; y desarrollo alternativo. El texto enfatiza de manera novedosa políticas y prácticas condenatorias proporcionales nacionales en delitos relacionados con drogas, y tiene un marcado enfoque en la prevención y el tratamiento.
Para proteger a la comunidad del acecho del tráfico ilícito y abuso de drogas, la Organización de las Naciones Unidas ha lanzado la iniciativa “Escucha Primero”, para aumentar el apoyo para la prevención del uso de drogas que se basa en la ciencia, y de esta manera representa una inversión eficaz en el bienestar de niños y jóvenes, sus familias y comunidades. Sin embargo, algo que ha socavado toda “intención” o “impulso” para salvaguardar la idea de limpieza e higiene en la sociedad sobre los enervantes, estupefacientes o drogas, es la realidad. Cuando podemos ver que quienes consumen ese producto a discreción, son personajes del deporte o el espectáculo. Basta con ingresar a la red de redes, o simplemente hojear un panfleto, dar lectura a la última nota donde los pormenores son lo bueno, malo; y lo malo, bueno.
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