Hugo Falcón Páez
La contraparte fundamental de una madre es el padre.
Yo soy padre, antes de ello soñaba serlo, no deseaba serlo. En mi mente forjaba lo mejor para cuando llegara ese momento. Hoy en este instante desde mi alma, trabajo para dar más como humano, como persona, como hombre. Tengo una filosofía personal, el matrimonio se consolida con los herederos, y la esposa es la filástica que encierra amor, paz y fe. No más. La familia son el padre, la madre y los hijos. No es un significado primitivo, dejemos de lado la historia, la religión, el poder. El concepto del animal racional llamado macho, y del ser humano de sexo masculino en este reino, es de protección, seguridad, respeto, conocimiento, guía, ariete, sostén. Desde lo invisible, atómico, celular, espiritual y material. El padre es piedra con espesor y dimensión, el cual es el destino de los errores y aciertos de mis antepasados. Por ello, el atributo de ser mujer no es el mismo que el de ser madre. Mujer es un ser concedido por natura innegable, y por conducta recae en los cánones históricos, antropomórficos y filosóficos. Una ley en la que ninguna deidad puede ir en contra, menos nosotros los mortales. Todo es un diseño perfecto.
Si cada madre le hablara al oído a sus seres amados lo que es y lo que quiere ser, un mundo mejor nos vislumbraría. Porque la mujer es pureza, surgió para la preservación de nuestra especie. Naciendo con buenas costumbres no llenaremos escuelas con calificaciones excelsas, sino con la elevación de calificar a los hijos e hijas que tienen madre y padre, y al mundo develarlo. De ellos provenimos. Los padres tienen la sabiduría para quererlo todo, y sé que mis hijas también lo serán algún día. Por ello, la contraparte fundamental de una madre es el padre.
En el aspecto de que los niños necesitan y deben tener un entorno benevolente es innegable, el cual es, compartir su vida con sus padres. La Organización de las Naciones Unidas a través de la Unesco, informa que la obligación y necesidad de convivencia es de los infantes hacia el padre o la madre. La relación de igualdad o semejanza debe estipularse en base al cuidado y protección de los infantes, en el pleno de los marcos jurídicos, civiles y penales. Si bien es cierto que la burocracia, la tramitología, el sistema lo hacen tedioso, y en ocasiones son oportunidades para dañar la contraparte, se debe considerar un estudio agotador en este rubro.
Indico como referencia en la idiosincrasia mundial, que anualmente se celebra el Día del Padre en los países católicos el 19 de marzo, festividad de San José, padre putativo de Jesús de Nazaret. Sin embargo, de acuerdo al Calendario Gregoriano, el 23 de febrero se festeja en Rusia; el 19 de marzo en España e Italia; el 8 de mayo en Corea del Sur; el 1 de junio en Alemania, y así curiosamente en Dinamarca el Día de su Constitución, el 5 de junio, la fiesta es para los paterfamilias. El 21 de junio en Egipto; el segundo domingo de agosto en Brasil, y el primer domingo de septiembre en Australia. El tercer domingo, el padre tiene regalos y abrazos, obsequios y halagos en México, Argentina, Bangladesh, Chile, Canadá, China, Irlanda, Reino Unido, Estados Unidos, Venezuela, India, y muchos más.
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