El bailarín Óscar Ruvalcaba aborda la interacción humana a partir de una reflexión filosófica



Para el coreógrafo y bailarín Óscar Ruvalcaba (Jalisco, 1962) hay que tener un grado de inocencia para estar abierto a la experiencia de conocer al otro: “Si crees que tienes todas las respuestas y un esquema de conocimiento, el mundo se vuelve muy árido”.

A partir de esta reflexión es que surge Si yo pudiera tener todo el conocimiento que tenía Immanuel Kant y seguir viendo imágenes de gatos (gracias x. bankimaro)…, dueto dancístico que se estrenará este 25 de noviembre en el Centro Cultural Un Teatro.

En entrevista, el miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) explicó que a través de un título retórico recurre al nombre del filósofo alemán para abordar el proceso de razonamiento y la relación con los demás.

“Es la reflexión sobre mi relación respecto al otro. Qué tanto el otro es reflejo de mi propio conocimiento y percepción y qué tan posible es ir más a allá de eso para llegar a este estado de inocencia recuperada”.

En esta propuesta, Óscar Ruvalcaba está acompañado de Marcos Sánchez, formado en la Academia de la Danza Mexicana, con quien explora en escena la idea del desdoblamiento de la personalidad.

Consideró que los seres humanos tenemos muchas vertientes de conocimiento y es necesario desestructurar la personalidad base para incluir nuevas experiencias.

“Hay una personalidad base, pero si te dejas llevar por las vetas de la creatividad, hay un desdoblamiento y otra energía que actúa a través de ti. Esa experiencia es algo muy necesario y saludable porque sólo a través de eso ensanchas los límites de tu conciencia y entendimiento para tener una visión más amplia de la realidad”.

De acuerdo con el bailarín Marcos Sánchez, un aspecto interesante de este dueto es que cada uno ha encontrado su propio lenguaje y estilo, partiendo de ciertos parámetros técnicos.

Los movimientos se generan en calma, lleva un desarrollo de conexión y la relación de nuestros cuerpos para sentir los impulsos del otro que nos lleva a una concentración y un campo dinámico de velocidad y estática para luego regresar a la calma de diferentes formas, agregó.

Destacó que se trata de una especie de viaje cíclico en el que se transitan por diferentes momentos, emociones y atmósferas, y en donde cada imagen tiene su propia característica.

En ese sentido, Óscar Ruvalcaba agregó que la pieza representa un desafío, debido a que ambos se convierten en intérpretes y generadores de imágenes de movimiento.

“Me considero un bailarín anárquico que nunca realiza coreografía por secuencias, en cambio Marcos es más de trabajar con estructura. Para los dos ha sido un reto”.

Con duración de 55 minutos, la coreografía que aborda los múltiples rostros de la condición humana, cuenta con la música minimalista del compositor Max Richter y un vestuario urbano.

Si yo pudiera tener todo el conocimiento que tenía Immanuel Kant y seguir viendo imágenes de gatos (gracias x. bankimaro)… se presentará este viernes 25 de noviembre a las 20:00 horas; sábado 26, 19:00 horas, y domingo 27, 18:00 horas, en el Centro Cultural Un Teatro, ubicado en Nuevo León No.46, Colonia Hipódromo Condesa.

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