La Secretaría de Cultura participó como cada año en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, en esta ocasión en su trigésima octava edición, con una oferta editorial de más de 19 mil ejemplares. Una participación exitosa dado que sus ventas se incrementaron en casi un 40 por ciento respecto al año pasado.
En total, la Secretaría de Cultura ofreció tres mil títulos y más de 19 mil ejemplares. Al mediodía de este lunes, las ventas registradas sumaban 2 mil 832 ejemplares, cifra mayor en comparación con los mil 535 ejemplares que se vendieron durante la FIL 2016.
Un constante fluir de gente se registró a lo largo de este último día de actividades de esta fiesta de los libros, que arrancó el pasado 23 de febrero y que es una de las más importantes que se realizan en la Ciudad de México.
Y es que para muchos, principalmente estudiantes pero también para todos los amantes de la lectura, la FIL de Minería es ya una cita obligada, a la cual acuden fervorosamente cada año a fin de adquirir volúmenes y conocer toda la oferta editorial.
El stand de la Secretaría de Cultura, con una superficie de 100 metros cuadrados estuvo ubicado en la parte central de uno de los patios de la planta baja del Palacio de Minería y fue uno de los más visitados, donde la gente deambulaba en la búsqueda de libros de su interés.
La oferta era variada, pues había publicaciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), así como ediciones propias, coediciones, novedades, diferentes colecciones y libros infantiles.
Los asistentes echaban un vistazo a todo lo que se exhibía: revisaban los títulos, tomaban el de su interés, lo ojeaban, leían la sinopsis, porque a fin de cuentas, como sonaba en todo el Palacio de Minería, “leer es estar vivo”.
Los libros más vendidos en esta edición por la Secretaría de Cultura han sido 100 años de caricatura en El Universal de Agustín Sánchez González, Bestiario de seres fantásticos mexicanos de Norma Muñoz Ledo, 63 señoritas condenadas a la desolación de Érika Zepeda, obra ganadora del Premio Nacional de Cuento Breve Julio Torri 2016 y Celebración de la palabra: Eduardo Lizalde y José Emilio Pacheco para niños.
Desde títulos clásicos como Ana Karenina de León Tolstoi o Las palabras y los días de Octavio Paz, hasta las obras completas de autores emblemáticos como Ignacio Manuel Altamirano o las obras reunidas de Ernesto de la Peña, volúmenes de arte editados por el Museo del Palacio de Bellas Artes, libros infantiles, de teatro, de fotografía, de literatura en lenguas indígenas, todo se podía encontrar.
La señora María Elena, procedente del Estado de México, acudió por segunda vez a la FIL 2017, en esta ocasión para adquirir el libro Así se come en Tlaxcala de la colección Cocina Indígena y Popular, editada por la Secretaría de Cultura.
Se interesó por ese volumen porque, dijo, “mi familia viene de allá, mis abuelos, entonces quiero retomar, ver las costumbres culinarias de mi gente, de mis antepasados” y acudió expresamente al stand de la Secretaría de Cultura porque “me gusta mucho, porque hay cosas de tradiciones, cultura, artesanías, hay cosas muy bonitas”.
También Karen Mejía reconoció la importancia del stand de la Secretaría de Cultura ya que “está muy completo y me parece bien que tenga libros de varias materias, de arte, de cine y sobre todo que está bien organizado”.
Ella buscaba libros de historia, pues como estudiante de historia colonial, es la Secretaría de Cultura la que publica muchas investigaciones y tesis que ganan premios y que son difícil encontrar en editoriales comerciales.
En su edición número 38, la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería tuvo a Querétaro como Estado Invitado de Honor y un total de mil 495 actividades, entre conferencias, presentaciones editoriales y talleres sobre diversos temas como el Centenario de la Constitución de 1917.
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