Falcotitlan: VIOLENCIA vs MUJER

Hugo Falcón Páez



La verdad nunca dejará de serla. Para hombres y mujeres.



Mañana es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y la Organización de las Naciones Unidas hace hincapié en inadmisibles datos. La violencia contra la mujer es la forma más extrema de discriminación y, en los casos más graves, esa violencia puede provocar la muerte. Informes referidos a 87 países y recolectados entre 2005 y 2016, el 19% de las mujeres de entre 15 y 49 años de edad dijeron que habían experimentado violencia física o sexual, o ambas, a manos de su pareja en los 12 meses anteriores a ser preguntadas sobre este asunto. En 2012, casi la mitad de las mujeres víctimas de un homicidio intencional en todo el mundo fueron asesinadas por su pareja o un familiar, en comparación con el 6% de los varones. Otro caso extremo de violencia es la ablación. Desde el año 2000, la práctica tradicional nociva de la mutilación femenina ha disminuido en un 24%. La prevalencia sigue siendo elevada en algunos de los 30 países que disponen de fundamentos representativos, y en los que según encuestas realizadas alrededor de 2015, más de 1 de cada 3 niñas de edades comprendidas entre los 15 y los 19 años habían sufrido esa práctica, en comparación con casi 1 de cada 2 niñas alrededor de 2000. La mitad de las mujeres de entre 15 y 49 años (52%) que están casadas o viven en pareja toman sus propias decisiones en materia de relaciones sexuales consentidas, usan anticonceptivos y acuden a los servicios de salud. Esa estadística se basa en datos disponibles en torno a 2012 sobre 45 países, 43 de ellos de regiones en desarrollo; la violencia contra la mujer se exacerba en los conflictos armados.


En el estado de Guerrero, las cifras van así de acuerdo al INEGI. Del 1.3 millones de mujeres de 15 años y más que hay en la entidad, 57.5% (747 466), ha enfrentado violencia de cualquier tipo y de cualquier agresor, alguna vez en su vida; 43.6% ha enfrentado agresiones del esposo o pareja actual o la última a lo largo de su relación y 39.2% sufrió violencia por parte de algún agresor distinto a la pareja; en 2016, se registra una tasa de homicidios de mujeres de 13.4 por cada 100 mil, superior a la presentada en 2014 que registró 10.4 homicidios de mujeres por cada 100 mil personas del sexo femenino.


En cambio, la igualdad de género ayuda a evitar conflictos, pese a lo cual las medidas en pos de una mayor inclusión, liderazgo y protección de las mujeres en las tareas de la consolidación de la paz siguen siendo insuficientes y, en algunos lugares, incluso se han producido retrocesos en este sentido, de acuerdo a un reciente artículo de Onu-Mujeres, la agencia de las Naciones Unidas defensora de mujeres y niñas. Hoy, una de los principales obstáculos para prevenir y poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas en todo el mundo es la marcada insuficiencia de fondos, que determina que los recursos para estas iniciativas sean sumamente escasos.


O realmente las autoridades no tienen el ánimo y la energía para solucionar este mal que implica los círculos de salud, el área social, el tema educacional, y sobre todo el conocimiento humano y la elevación espiritual. Hay marcos muy promisorios, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que incluyen la meta específica de poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas. No obstante, requieren un financiamiento suficiente para producir cambios concretos y significativos en la vida de las mujeres y las niñas.


Debemos estar más cerca de la fe, porque significa claridad y verdad. Tal como la mujer es pureza, es la idea que surgió para la preservación de nuestra especie, es vida acompañada del hombre que eligieron, la contraparte fundamental de ser madre es el padre, la experiencia de las voluntades con buenos hábitos e higiene espiritual. Si cada mujer hoy en día le hablara al oído a sus seres amados lo que es y lo que quiere ser, un mundo mejor nos vislumbraría, más allá de la maldad, más allá del deterioro, más allá de la dichosa ignorancia. La maternidad es la luz, la energía benevolente e higiénica que todo Ser debe tener, es amor. Nacemos, es el primer paso a la existencia, y esa vibración femenina nos complementa. El atributo de ser mujer no es el mismo que el de ser madre. Mujer es un ser concedido por natura innegable, y por conducta recae en los cánones históricos, antropomórficos y filosóficos. Por cierto, en la apertura de este siglo, se adhirieron dos tendencias que bien podrían ser con el paso del tiempo, el censo que erigirá estilos de vida: La conducta sexual y la evolución biológica.


Recordamos la campaña “ÚNETE”, el tema: Que nadie se quede atrás: pongamos fin a la violencia contras las mujeres y las niñas. Con 16 días de activismo contra la violencia de género que tiene por objetivo sensibilizar y movilizar al público en todo el mundo para lograr un cambio que transcurren entre el 25 de noviembre y 10 de diciembre -Día de los Derechos Humanos-. 


Falcotitlan SUSTENTABLE se une a este derecho y ley, y subraya la paridad, la resiliencia, la verdad, la justicia, para defender a las niñas y mujeres en contra de la violencia. La desigualdad entre los géneros persiste en todo el mundo, hay que vencerla y combatir la discriminación profundamente enraizada, que a menudo es consecuencia de actitudes patriarcales, o matriarcales, y de las normas sociales que éstas conllevan, por ello enaltecemos la situación con el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 5, referido a la Igualdad de la Mujer, trabajos de la Agenda 2030.

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