INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y MEDIO AMBIENTE



Por Paula Jimena Soto Cruz

Estudiante de la UVM Campus Querétaro

El calentamiento de la atmósfera continúa avanzando y la Tierra está reaccionando a un aumento excesivo en los niveles de dióxido de carbono provocados por incontables acciones cuyas consecuencias podrían ser incluso más graves que la pandemia a causa del coronavirus. Nos enfrentamos a cambios de temperatura cada vez más extremos, desastres naturales más agresivos, las poblaciones de vertebrados del mundo han disminuido en más del 50% desde 1970, y actualmente alrededor del 20% de las especies del mundo están en peligro de desaparecer.

La Inteligencia Artificial no puede salvar por sí misma al planeta, pero su optimización y automatización puede ser de mucha ayuda para combatir problemas ambientales, ya que permite analizar una gran cantidad de datos en poco tiempo y esto facilita la gestión de recursos para que estos sean evaluados y monitoreados correctamente.

Esta tecnología realiza procesos a través de sistemas automatizados cuya principal función debe ser beneficiar a la humanidad; realiza tareas computarizadas de manera confiable y sin fatiga, pero para este tipo de automatización la investigación humana sigue siendo fundamental, ya sea para configurar el sistema o para hacer las preguntas correctas que ayuden a recolectar datos más profundos y que, en este caso, sean utilizados para la preservación, cuidado y gestión de recursos, flora y fauna, además de tener un conocimiento exacto de emisiones de CO2.

Existen proyectos que utilizan esta tecnología para identificar, rastrear y monitorear animales según sus características individuales y patrones de migración; Otros se enfocan en analizar imágenes satelitales de reservas forestales, se recopilan datos sobre diferentes especies, su altura y distancia para cuidar la biodiversidad y suministro de agua.

Una de las actividades fundamentales para el desarrollo de la vida humana es la agricultura, pero el uso de pesticidas y distintas sustancias en la producción agrícola puede afectar considerablemente el planeta. Con ayuda de la IA se pretende impulsar una agricultura más consciente y capaz de desarrollar soluciones amigables con el ambiente y de detectar problemas en los cultivos, reducir el uso excesivo de agua, saber con exactitud la madurez de la cosecha para que esta sea aprovechada al máximo y generar sistemas de plantación más rentables para climas extremos.

Con el uso de la IA se puede proyectar el uso de agua para un área geográfica pronosticando oferta, demanda y calidad hídrica, de esta manera se puede planificar un mejor manejo del recurso, así como pronósticos del sistema energético, incluso a través de datos satelitales y sistemas de identificación automática se pueden identificar actividades de pesca ilegal o sobrepesca, cambio de uso de suelos, prevención y detección de incendios para actuar más ágil y eficazmente, además puede brindar un análisis de cobertura de vegetación al igual que predicción de inundaciones, plagas y también se puede llevar un registro de calidad de aire u otros datos meteorológicos.

Con la recopilación de datos se puede lograr una planificación urbana sostenible, la automatización de ciudades y edificios puede lograr un consumo más eficiente de agua, energía y mejorar los sistemas de transporte para reducir las emisiones de gases contaminantes. En general, se ahorra valioso tiempo que ahora podrá ser dedicado a la investigación de los datos y toma de decisiones para crear políticas apropiadas para el uso del suelo, la densidad, el espacio público y el diseño de infraestructuras y servicios.

 Pero una máquina capaz de procesar una inmensa cantidad de datos a través de sistemas informáticos requiere de mucha energía y lamentablemente la mayoría de los sistemas de Inteligencia Artificial enfocados en proteger al medio ambiente aún estan en fase de desarrollo; para que un proyecto valga la pena debe ser lo suficientemente efectivo para compensar ese consumo de energía y es importante recordar que no se trata de una herramienta para producir y consumir sin culpas, no se trata solo de utilizar la tecnología para crear autos libres de emisiones de CO2 en vez de reducir su producción, se trata de utilizar esta tecnología y emplearla para que forme parte de la solución, enfocándose en la raíz de los problemas ambientales que hoy en día no podemos frenar por nosotros mismos.

 

 


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