Alfredo
Sarabia Radilla

Ante
la novedosa acción de las llamadas autodefensas michoacanas, el gobierno
federal hace como si le preocupara la violencia delincuencial, y nombra a una
persona, un comisionado federal de nombre Alfredo Castillo para que “apague el
fuego” en aquella entidad vecina de nuestro estado de Guerrero en el lado Oeste,
desconociendo prácticamente al enfermo gobernador Fausto Vallejo.
Igualmente,
ha sido muy notoria la presencia de efectivos militares y de la Policía
Federal, en el supuesto combate a la delincuencia organizada.
Es
difícil la situación que impera en el Norte del estado michoacano, pues lo que
ocurre allí (de acuerdo a la revista Proceso on line del pasado sábado 25, son
76 ciudades y 34 municipios, en poder de las Autodefensas michoacanas), es un
síntoma de cómo funciona la Justicia en ese entorno, mal y “ladeada para los
malosos”, cosa que para nada es privativa de la entidad que hoy nos ocupa, y
por ello, existe el temor entre los gobiernos estatales, sean o no vecinos de
Michoacán, de que la “chispa” michoacana, se propague a sus estados, denotando
con ello, la fragilidad con que han conducido la justicia en la población
gobernada.
En
este sentido, ya hay visos de conformación de grupos de autodefensa en los
estados de Puebla, San Luís Potosí, Chiapas, etc., que dicho sea de paso, no
comparten fronteras con el mencionado estado de Michoacán.
Sin
embargo, hay muchas razones de tipo social que podrían ser detonantes de un
estallido social que “englobe” a muchos estados de la República Mexicana. Este
es el principal temor de “las altas esferas” del Gobierno, pues quiérase o no,
el “caldo de cultivo“ ya está dado, o mejor dicho, “los caldos de cultivo”,
están observables (La ocupación de 8 comunidades de Chilpancingo, refuerzan
este sentir.
El
estado de Guerrero, es uno de los más firmes prospectos a una “revuelta social”, causal de
que voces “ligadas” al gobierno, así como el mismo gobernador Aguirre Rivero,
se apresuran a descalificar y minimizar
los sucesos del estado vecino de Michoacán.
Las
estructuras básicas de este decir afirmativo, se encuentran en datos como los
informados recientemente por el Sistema de Seguridad, acerca de que Guerrero,
es el estado con más violencia en México (primer lugar) (2º lugar en
secuestros); datos que nos revelan un aumento de municipios guerrerenses en qu
e su gen te se está armando “para
combatir la delincuencia organizada”, y si a todo esto les sumamos las acciones
sociales emanadas del gobierno federal, se tornan más sólidas las palabras que
reflejan temor en “los de
arriba”...HASTA PRONTO.
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