Enrique
Vargas Orozco
UNA
ACCIÓN IRRESPONSABLE Y PROVOCADORA EL ATAQUE DE LA CETEG A LOS CUARTELES
MILITARES
El
ataque de la Ceteg, ayotzinapos y algunos de los padres de los normalistas
desaparecidos a los cuarteles militares en Acapulco, Chilpancingo, Iguala y el
Distrito Federal son parte de una peligrosa escalada que los cetegistas y
quienes los dirigen (se advierte atrás de ellos al Peje, Andrés Manuel López
Obrador, y su partido Morena), representa una acción provocadora de esos grupos
que han tomado como pretexto para acciones radicales y desestabilizadoras, la
muerte de varios normalistas y la desaparición de 43.
Obviamente,
lo que buscan esos grupos es generar ingobernabilidad y provocar una respuesta
dura del gobierno y del ejército, para crear nuevas víctimas y mantener un
movimiento que tuvo un origen justo y real, pero que han llevado a extremos en
los que que ya no buscan aclarar el problema que se dio con los normalistas en
Iguala, sino causar daño a los gobiernos de Guerrero y al federal, con la
finalidad de provocar cambios que los favorezcan y hasta la inaceptable e
irreal exigencia de la renuncia del presidente Enrique Peña Nieto.
En
Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, que tuvo que solicitar una licencia para
separarse del cargo, y en su lugar entró el gobernador sustituto, Rogelio
Ortega Martínez, que ha tratado de llevar la fiesta en paz, aunque los problemas
no han disminuido, y el gobierno federal, tampoco les hace mucho caso.
No
se trata de dar una respuesta de fuerza, porque eso significaría prolongar el
conflicto sino que se confía en que desaparezca por inanición o que su nivel baje
tanto que después sea posible darle una salida que no represente un problema
mayor al que se vive en la actualidad.
Es
cierto que las protestas ha bajado considerablemente y algunos de los padres
han ido aceptando con resignación la suerte que las investigaciones de la PGR
estableció para los 43, de que fueron muertos e incinerados y sus restos
esparcidos, de modo que no se les pueda identificar. Muchos padres no comparten ya los métodos
violentos y radicales de la Ceteg, porque eso no los llevará a encontrar a sus
hijos con vida.
El
ataque a los cuarteles militares no tuvieron el efecto que deseaban los
promotores, porque confiaban en que les dejara una buena cantidad de heridos y
hasta muertos, pero el ejército y el gobierno ya aprendieron a manejar esas
agresiones de los cetegistas que desesperados tratan de mantener en un alto
nivel de agitación el movimiento n busca de buenos resultados económicos y
políticos, pus de eso han hecho su “modus vivendi”.
Cada
vez es mayor el rechazo social a esos grupos intolerantes e irracionales, como
se pudo ver en las redes sociales, donde el 80 por ciento de las opiniones
luego del ataque a los cuarteles son de repudio a la actitud imprudente,
irresponsable e injustificada de quienes pretendieron vulnerar los espacios
militares, que por definición no pueden permitir invasiones de grupos ajenos y
menos si se trata de hacerlo por la fuerza.
Predominó
la cordura de los mandos castrenses y se evitó que la Ceteg cumpliera su
objetivo de lograr más víctimas achacables al ejército. Si acaso uno que otro
descalabrado y algunas narices y ojos que recibieron el golpe justiciero, que
representa el desprecio social hacia sus acciones imprudentes y necias.
RÍOS
PÍTER, UNA RENUNCIA DRAMATIZADA, PERO MOTIVADA POR SU DESPLOME EN LAS
PREFERENCIAS ELECTORALES
La
renuncia del “jaguar” Armando Ríos Píter es sin duda una de las mejores
noticias que se han difundido en los medios y en las redes en las últimas
semanas, pues aunque trata de presentarse como el sacrosanto político que
renuncia porque le ofrecieron un acuerdo mañoso y perverso, según él, en
realidad beneficia a la política en Guerrero, ya que él es la encarnación auténtica
de esos calificativos.

Quiere
presentarse como un héroe que quisieron manchar con la propuesta de que apoyara
a Ángel Aguirre Rivero; lo cierto es que antes se lanzó contra el gobernador
con licencia, pero ahora que ve como el mandatario se recupera, sale corriendo antes de que lo arrastren sin
consideración por las calles, sabedor de que su carrera política, llena de
dobleces y deslealtades, está terminada
y que para tratar de salvar lo mínimo se retira, pero lo hace en medio del
descrédito y la derrota.
En
poco tiempo, Armando Ríos se ganó el rechazo y el repudio de todos los actores
políticos de la izquierda, desde Cuauhtémoc Cárdenas que se negó a recibirlo en
Acapulco, lo mismo que de Marcelo Ebrard, que lo rechazó como candidato del PRD
en Guerrero, pero el que lo tenía en la mira era el Peje, Andrés Manuel López
Obrador, quien había advertido que lo iba a combatir y que de ninguna manera
permitiría que fuera candidato ni a una regiduría.
Esta
renuncia es de gran beneficio para el perredismo estatal, pero quien más se
beneficia, sin duda, es el acalde acapulqueño Luis Walton Aburto, a quien
trataba de hacerle sombra y buscaba combatirlo para impedir que sea postulado
por los partidos de izquierda a la gubernatura del estado.
Con
esta afortunada renuncia, Walton queda libre y como el mejor prospecto para que
los partidos contrarios al PRI intenten refrendar la victoria el próximo mes de
junio.
Algunos
manejaban que renunció a la candidatura del PRD para buscar postularse por el
PRI, pero en este partido el rechazo es aún mayor, pues tiene aspirantes de
sobra y de reconocida calidad, de modo que el jaguar nada tiene que hacer en el
tricolor ni existe la posibilidad de que lo inviten y si alguna imposición se
diera, estaría totalmente condenada al fracaso, como lo advierten los cuatro
priistas que están enfilados hacia la postulación, porque nadie lo apoyaría,
sino que el rechazo sería total.
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