Noé Ibáñez Martínez
A sólo 3 meses de meses de las elecciones en Guerrero, la
entidad vive la peor amenaza en su historia de que no se pudieran efectuar,
esto a consecuencia de las protestas emprendidas por las organizaciones que
integran el Movimiento Popular Guerrerense (MPG), que demandan justicia por los
hechos en Iguala; aunado el conflicto por las plazas irregulares que no
reconoce la Federación.
Pero la gran incógnita es: ¿habrá o no comicios en
Guerrero?

Guerrero ha sido cuna de movimientos revolucionarios y
guerrilleros; se ha caracterizado por presencia de caciques regionales que
controlaron toda la actividad económica y política, pusieron alcaldes,
diputados y gobernadores, y encumbraron a familias y personajes priistas que
gobernaron desde 1928 bajo las siglas del PNR, primero, y del PRI a partir de
1941.
En 2005, la entidad conoció una alternancia aparente con
el triunfo de Zeferino Torreblanca bajo las siglas del PRD, pero al final, terminó
desencantando a los guerrerenses. Su administración fue polémica y criticada
por casos de corrupción y por el incremento de la inseguridad, los secuestros,
la narcoviolencia y las desapariciones forzadas.
En 2011, el PRD retuvo la gubernatura con un candidato
externo. Ángel Aguirre llegó a la gubernatura impulsado por ‘Los Chuchos’,
Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador, bajo las siglas de una coalición
de “izquierda” e impulsado por una estructura que había creado dentro del PRI.
Varios factores generaron tropiezos en su mandato: fue
señalado por nepotismo al colocar a familiares en cargos estratégicos; la
matanza de dos normalistas en la Autopista del Sol provocó que la efervescencia
social incrementara. Surgió también la protesta de la CETEG en oposición a la
Reforma Educativa impulsada por el gobierno federal. La crisis de inseguridad
provocó la germinación y propagación de los grupos de autodefensa. Los desastres
provocados por dos fenómenos naturales devastaron Guerrero, como había ocurrido
en 1997 con el huracán Paulina, cuando era interino. Y finalmente, el
contubernio entre grupos delincuenciales y autoridades terminó en un hecho como
el de Iguala.
En este año, el PRD no llega en buena forma a una
elección, después de una crisis interna y un fallido intento de llevar a un
candidato de unidad entre los partidos de “izquierda”.
Los tres de nueve aspirantes con posibilidades reales de
llegar a la gubernatura son: por el PRI, Héctor Astudillo Flores, expresidente
municipal de Chilpancingo, exsenador, exdiputado local y excandidato a la
gubernatura en 2005. Por el PRD, Beatriz Mojica Morga, exsecretaria de Desarrollo
Social del estado, exdiputada federal y consejera nacional del PRD; y por el
MC, Luis Walton Aburto, presidente municipal de Acapulco, con licencia,
exsenador, exdirigente nacional de Convergencia y Movimiento Ciudadano de 2010
a 2012.
La incógnita principal, sin embargo, es si el INE logrará
que haya comicios en un justificado y entendible encono social a raíz de la desaparición
de los 43 normalistas. Sin embargo, como ya lo advirtió, la CETEG intentará
evitarlo a toda costa. Lo único cierto es que el Guerrero bronco siempre ha
estado ahí.
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