Tercera Vía : Ernesto Rivera Rodríguez
¿De cuál fumo? Se preguntaron desde ciudadanos comunes y
corrientes, catedráticos, políticos en espera de una chamba, amas de casa,
taxistas, guías de turistas, y cafetólogos, sobre la penúltima –que no será la
última- puntada política del gobernador Rogelio Ortega Martínez.
La crisis económica, “la profunda crisis” de acuerdo a sus
propias palabras, …”por las que atraviesa el estado generada por los recursos
que se destinaron a pagar a 19 mil maestros que no estaban considerados por la
SEP, le sugirió al gobernador en turno declarar en “estado de quiebra al
estado”!!! Así de ese tamaño-
Y la segunda, la cual es una verdadera “perla costeña” “Si
ya hay gobernador electo, yo para que tengo que seguir lidiando con este toro”.
¡Cuas!
Alguien desde la esquina le susurró al oído que “tirara la
toalla”, que se “saliera del ruedo, ya que el “astado de Miura, estaba
verdaderamente enca…britado.
Pero esto no lo dijo a sus compinches universitarios, o a
los nuevos que le cantan al oído, lo expreso, durante su participación en la
Segunda Mesa de Diálogo Intergubernamental de la Reforma Educativa, de la Comisión
Permanente, reunidos en el Senado de la República, donde también sin inmutarse
lanzó otra “joyita costeña…”que en Guerrero la reforma educativa avanza sin
incidentes”… (sic.)
Guerrero ha tenido y padecido todo tipo de gobernadores,
represores, mitómanos, ególatras, asesinos, corruptos, pareciera que salieron
de a Caja de Pandora, pero no, fueron elegidos por el electorado guerrerense,
menos Rogelio Ortega Martínez, de quien aseguran iba en su tercer wiski, cuando
una noche de luna de Octubre del 2014 corrieron a darle la noticia, de que se
había sacado la lotería… sin comprar boleto. El hombre, el universitario que
quiso ser rector y nunca lo logro, esa noche tenía la grande no en la mano,
sino en el bolsillo, hoy meses después.
Los sueños se volvieron pesadilla desde el primer día de
gobierno, al modificar ilegalmente el uso de suelo de Casa Guerrero, para
convertirla en Casa del Pueblo, al mejor estilo de la Comuna de París, eso para
comenzar, el delirio del poder comenzó afectarle, la realidad comenzó a
cerrarle el paso, a convertirlo en un rehén de sus inhabilidades intelectuales,
lo leído y estudiado no le funcionaban, las teorías políticas aprendidas y enseñadas
frente al pizarrón no cuajaban en ninguna parte de territorio guerrerense,
donde se topaban con ancestrales y
profundas necesidades que nunca aparecieron en sus libros, y se fue quedando sólo, al margen de
la realidad, para tocar fondo en una actitud seriamente esquizofrénica, fuera
de la realidad, en el fondo de la conmoción de delirio tremens. En la fase
terminal de su mandato quiso quitarse el oxígeno, “¡ya no puedo, déjenme,
déjenme! ¡Por qué yo!, porque como Sísifo, día tras día tendrá que empujar la
piedra desde el que apunten los primeros rayos del sol y cuesta arriba llevar
la carga de su gobierno. Que lejos está de Ortega y Gasset.
gernestorivera@gmail.com
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