En Esperando a Godot, cuatro indigentes vagan por el camino de la vida mientras reflexionan y esperan a alguien que nunca va a llegar. Es la significación del tiempo, símbolo creado por el hombre para distraer su angustia provocada ante el abismo de encontrarse solo.
Esta es la reflexión que detona la obra de Samuel Beckett que inició temporada la tarde de este domingo 4 de octubre en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), en una versión libre dirigida por José Luis Cruz.
“Beckett es un escéptico y un nihilista. Esta obra no deja camino, es tan despiadada que no deja ninguna posibilidad abierta de salvación del hombre. Todos sus personajes son marginales, estamos ante cinco personajes que esperan a un sexto que nunca llega, pero empiezan a filosofar desde la filosofía existencialista”, dijo el director.
Y es que el dramaturgo irlandés siempre se interesó en abordar el sentido de la vida del hombre en un momento en que vivió intensamente la Segunda Guerra Mundial y la resistencia contra los nazis, convirtiéndose en un autor eminentemente político.
“Es un profundo observador de todo lo que ocurre después del bombardeo nuclear donde no queda nada”.
Aseguró que se trata de una versión muy personal, existencial y crítica a partir de lo que está pasando en el contexto social del México de aquí y ahora sin necesidad de hacer alusiones directas.
“Es un texto terriblemente violento donde los roles llegan hasta el final. Es el teatro que nace de la peste y que nace de la degradación que estamos viviendo donde hay fantasmas que buscan a otros fantasmas”.
El peso escénico recae en los actores David Ostrosky (Estragón), Carlos Mendoza (Vladimir), Sergio Acosta (Pozzo), Evaristo Valverde (Lucky) y Andrea Acosta (Niño).
Mientras los personajes de Estragón y Vladimir inventan una serie de juegos para hacer menos tediosa la vida, Pozzo y Lucky encarnan la crueldad y un niño representa la inocencia profética del abismo.
José Luis Cruz consideró que representan a un grupo de actores que pueden hacer la obra, pues se debe tener mucha experiencia para dar las sensaciones y emociones que se necesitan al ser un texto complejo.
“Son actores maduros, porque los personajes tienen padecimientos que los jóvenes no comprenden, uno tiene gota, otro está mal de la próstata y si no tienes 40 o 50 años no entiendes estos achaques”.
A pesar que el texto fue escrito en la década de los cincuenta del siglo pasado, se vuelve totalmente actual, al ser abierto y poético, lo que permite a los espectadores confrontar los diálogos con los que vive en su contexto.
Esperando a Godot se presentará hasta el 1 de noviembre con funciones los domingos a las 18:00 horas en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico, ubicado en Avenida Revolución No. 1500, colonia Guadalupe Inn. Localidades: $200.
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