Miguel Ángel Mata Mata
Chilpancingo.- Durmieron mal. Sobre el pavimento del
estacionamiento del Palacio Legislativo. Las rodilleras dolieron. También las
coderas. Se echaron encima de sus mochilas y esperaron. Nunca llegaron los
invitados no deseados. Dos mil policías quedaron plantados y sus invitados, los
vándalos de la CETEG, jamás llegaron.
En
el segundo informe del gobernador Ángel Aguirre Rivero el estado de Guerrero se
vistió de ausencias. Un ritual no revivido ni redimido cumplió con el
protocolo… y dejó huecos. No todos acudieron al llamado de un poder debilitado
por los errores de un gabinete instalado en su zona de confort y cuestionado por la mayoría de los diputados
locales por sus inclinaciones a beneficiar a cotos de poder personales y dañar
al pueblo. Los dejaron solos.
Fueron
muchos los asistentes. Pocos los relevantes. Allá enfrente, en la mesa
directiva, preside Toño Gaspar con su inexperiencia y distanciamiento de quien
fue su maestro, Héctor Astudillo. Al centro del pleno sentaron al dirigente del
PRD, Jesús Zambrano; al senador Sofío Ramírez; al secretario de gobierno,
Humberto Salgado y a la esposa del
gobernador, Laura del Rocío Herrera. Detrás de ellos al comandante de la región
militar de Chilpancingo.
Tras
de ellos los diputados locales. Mas atrás, unas cuantas sillas sentaron a los
dos arzobispos, a los alcaldes de Acapulco y Chilpancingo y a unos cuantos
magistrados electorales. Arriba quedó la porra. Los fans empleados de un
gobernador que no dudaron ni un instante en mostrar su lealtad al usar, todos a
una sus celulares, Ipods, Blackberrys y nexteles para retratar al jefe en tanto
éste subió al podio. “Es el jefazo”. Claro, por supuesto. ¿Qué tal y se da cuenta
que no cumplen con genuflexionar las corvas ante la sublime presencia del jefe?
Muchos
otros dejaron al gobernador con un palmo de narices. No hubo quórum de la clase
política. Hagamos cuentas en imaginaria numeraria.-
1) De 46 diputados locales asistieron 45, se
ausentó el cetemista Rodolfo Escobar.
2) De tres senadores de Guerrero asistió uno:
Sofío Ramírez. Ni Armando Ríos Piter ni René Juárez se hicieron presentes.
3) De diez diputados federales llegaron Jorge
Salgado Parra y Sebastián de la Rosa Peláez. Ni el enemigo preferido del
régimen, Manuel Añorve Baños, ni el resto llegaron.
4) Se vio a los presidentes municipales de
Acapulco, Chilpancingo, Zihuatanejo y… pocos del resto de los 81 ayuntamientos
del estado.
5) De tres arzobispos que viven en Guerrero
estuvieron Carlos Garfias Merlos de Acapulco y el de Chilpancingo, Alejo
Zavala.
6) Llegó el dirigente estatal del PRI. Pero
nadie vio a los dirigentes del PRD, PAN, PANAL, PT, PVEM u otro partido.
7) Ni un solo dirigente sindical. Mucho menos dirigentes del sector
empresarial.
8) Solo llegó el rector Javier Saldaña, de la
UAG, pero ninguno de otras universidades públicas o privadas del estado.
LOS
POSICIONAMIENTOS
Desde
hace siete años, cuando Zeferino Torreblanca Galindo recibió calificativos de
mentiroso y le recordaron a sus progenitores, no se paró por el Congreso Local
un gobernador. El lunes llegó Ángel Aguirre. Aunque sin quórum de la clase
política y rellenos de sus empleados leales, cumplió con el viejo ritual. Hubo
Día del Gobernador.
Tres
diputados le urgieron por ajustar su gabinete. PAN, PVEM y PRI, en voz de
Olivia, Carabias y Apreza, fueron sinceros al llamar la atención en cuanto a la
inseguridad, el crimen organizado y el clima de inestabilidad que ya tiene en
un hartazgo a la ciudadanía ante la no aplicación de la ley a vándalos que se
esconden en luchas sociales para afectar a terceros.
Coincidieron:
le falla el gabinete al gobernador. Y le urgieron a cambiar los lastres de
quienes, incluso, le engañan. En gayola periodistas mencionaron el nombre de
Ernesto Aguirre quien, inclusive ayer, se paseó como quien en realidad es el
jefe del gabinete del gobernador.
Al
piso se echaron los diputados del PT y PANAL. El perredista Bernardo Ortega
cumplió con su fracción perredista al apoyar al gobernador de su partido pero
poner una banderilla: “necesitamos saber cómo se desglosa el gasto de 48 mil
500 millones de pesos.
Triste
el papel de un Mario Ramos del Carmen, urgido en quedar bien con su jefe Luis
Waton Aburto, quien es el mandamás del Movimiento Ciudadano en Guerrero. A la
salida le dio oportunidad de seguirle detrás de él. Siempre tras de él. Nunca
al lado ni adelante. Jamás.
Más
triste fue escuchar a Antonio Gaspar Beltrán Beltrán, quien habló a nombre de
todos los diputados, en su calidad de presidente de la mesa directiva. Se
tendió cual tapete “a las órdenes del gobernador”. Faltaba más. No olvida su
papel de segundo de a bordo desde que Héctor Astudillo le hizo síndico. El presidente
de la mesa directiva echó al piso a todas las fracciones parlamentarias al
hablar de lo que el imaginó y jamás consultó con el resto de sus pares.
EL
GOBERNADOR
Anunciaron
que el gobernador ofrecería su informe. Kafka se quedó chiquito. Los empleados
del Poder Ejecutivo no lo dudaron: sacaron celulares, nexteles, ipods, cámaras
y hasta laptops. ¿Cómo perder la oportunidad de que el jefe les viese tomándole
fotos? Todos a una le retrataron. Les importó poco la crítica de los diputados
que le reiteraron al gobernador: le falla su gabinete. Ellos, lúdicos, tomaron
fotos y las subieron de inmediato a las redes sociales.
Retórica
fue la pócima que quiso imprimir un
gobernador al que dejaron solo. Ofreció combatir el populismo, pero fingió no
saber que reparten despensas gratis en Acapulco desde el DIF estatal para
promover la precandidatura de su hijo, Ángel Aguirre Herrera a la presidencia
municipal.
Soltó
la sentencia: “no atentan contra la gobernabilidad la CRAC ni la UPOEG ni las
policías comunitarias. En Guerrero si hay gobernabilidad”. Le aplaudieron los
diputados cuando anunció restricciones a las mineras extranjeras y que tendrán
que domiciliarse fiscalmente en Guerrero. Sus empleados le aplaudieron como
siete veces por… cualquier cosa.
Anunció
que en noviembre concluye definitivamente el Acabús. Aseguró que la postura de
su gobierno no es de debilidad... sino de prudencia, ante los acontecimientos
que han llevado a la violencia del magisterio en contra de instituciones y de
la misma sociedad. Y anunció que no permitirá que se rompa el estado de derecho
y que los vándalos y delincuentes deben responder ante la ley y aseguró que “el
gobierno de Guerrero aun está de pie”.
EL
FINAL
El
gobernador fue testigo de la ausencia de la clase política de Guerrero a su
segundo informe de labores. Se fue a la ciudad de México a donde, dicen,
ofreció una comida a sus cercanos o tuvo una reunión con un grupo que analiza
las crisis de gobiernos.
Aquí
los miles de policías que dijeron no existían ni alcanzaban para detener a los
vándalos se fueron tras el convoy del gobernador y dejaron otra vez vulnerable
al Congreso Local.
El
Día del Gobernador cumplió con el ritual. Lástima que le han dejado solo.