Rodrigo Huerta Pegueros*
Quizá para muchos esto que decimos no es ninguna
novedad, porque en el Partido de la Revolución Democrática (PRD), ha habido en
múltiples ocasiones acusaciones y denuncias de actos de autoritarismo cuando se
debaten cuestiones que tienen que ver con los cambios de dirigencia a nivel
estatal o municipal.
En Acapulco, que es un bastión importante para la
militancia perredista, el hecho de hacerse parte integrante de la dirigencia es
importante, particularmente cuando se tiene a la vuelta de la esquina las
próximas elecciones y por ello, lo que está pasando ahora, no es ni por mucho,
lo que puede pasar si es que no se pone remedio a esta división, sobre todo
cuando hay personajes de armas tomar y de caras duras que no les importa hacer
ninguna trastada ni caer en el ridículo si eso al fin de cuentas les reditúan
importantes dividendos.
Lo que causa a hilaridad, es que Gil Florente
Castellanos haya caído en el garlito de manejar la dirigencia de forma por
demás desaseada y prestarse a todo lo que le ha mandado hacer un grupo que al
parecer no tiene la mayoría de simpatizantes para convertirse en un auténtico comité
municipal, cuando por otro lado existe un fuerte grupo que los impugna y que
han denunciado las triquiñuelas de los opositores y han advertido que ocurrirán
ante la comisión de garantías del comité nacional para que sea el auténtico
árbitro y ponga fin a la desorganización que existe en este territorio que no
es nada despreciable para el futuro político de los perredistas, quienes no ven
que cada día el voto popular será mas difícil de obtener si es que no existe
trabajo previo para atraerlo a las urnas.
Por lo pronto, existen ya dos comités municipales
en Acapulco del PRD, uno de ellos, el encabezado por Gregorio Calderón Ibarra y
el otro por el ex secretario de organización, Martín Bautista, quien por cierto
tiene el apoyo del ‘’toro sin cerca’’ Félix Salgado Macedonio y del ex
dirigente estatal perredista, Eloy Cisneros Guillén. Del lado de Goyo, como le
dicen sus compinches, lleva como secretario de finanzas a una persona con
cuestionados antecedentes como Ernesto Mastache Manzanarez, mientras que del
grupo de Bautista está el nada demócrata, David Molina Francisco quien junto
con la ex zeferinista María Antonieta Guzmán Visairo se abstuvieron de asistir
al cambio de directiva, la cual por cierto se llevó a cabo el lugar menos
indicado como lo fue un restaurante perteneciente a una cadena nacional.
Lo que hay que ver en este partido, otrora
orgulloso de hacer todo dentro de los roles democráticos y legales. Al parecer
se les perdió la brújula y ante la falta de liderazgo hace cada quien lo que
sea y es la fuerza bruta y no la de la razón la que impera hoy día. Ante este
PRD, el PRI palidece en sus actos autoritarios e impositivos.
CORRIENTES ENFRENTADAS
Por si no fuera poca la división existente en el
comité municipal de Acapulco, las corrientes dentro del PRD se han dispuesto
agarrarse del ‘’chongo’’ con el dirigente estatal perredista, Carlos Reyes
Torres, a quien acusan de estar actuando en forma parcial para favorecer a la
corriente del llamado Grupo Guerrero que encabeza el innombrable David Jiménez
Rumbo.
Desde luego que el dirigente dice que no a las
acusaciones pero los miembros de la corriente Nueva izquierda, Maricarmen
Cabrera Luna y Ilich Lozano Herrera, sostienen sus dichos y lo han expresado
públicamente. Pero para cortar por lo sano (no Lozano) Reyes Torres ha lanzado
el reto a los de NI y dice que si el consejo estatal le pide si dimisión, sin
chistar, entrega la batuta y se defiende diciendo que lo que hace como
dirigente es promover en los municipios que controla el PRD (41) obras y
servicios para las comunidades.
Lo cierto es que todo apunta que estos
desencuentros subirán de tono mientras se acercan los tiempos electorales, no
hay que perder de vista que el GG quiere volver a imponer un candidato a la
gubernatura, lo cual no logró hacer en el pasado reciente y hasta tuvo que
enfrentar una confrontación con el gobernador Aguirre aunque poco tiempo
después volvieron hacer las paces que quien sabe cuánto duren en no enfrentarse
nuevamente, pues en política lo menos que existe es la lealtad y menos las
buenas costumbres.
La verdad es que en el PRD no hay ni a quien irle,
todos han perdido, cuando menos, la vergüenza para actuar y se han olvidado de
hacer propuestas respecto a la nueva realidad que vive la entidad y los
municipios en particular para que sean estas propuestas las que le sirvan de
apoyo cuando quieran salir a recaudar votos de los ciudadanos, pues bien saben
y lo saben bien, que los votos de la militancia no les alcanza para lograr un
triunfo contundente en municipios y mucho menos para la gubernatura. Veamos en
que termina este vodevil perredista.
Periodista/Analista Político*