Hugo Falcón Páez
Hay eventos que cambian a las personas y factores que destruyen al mundo.
Uno de los grandes factores que modificará la vida de los mexicanos, es el desarrollo sustentable. Pues conecta la economía, la política, el medio ambiente y la cultura. Esos temas son suficientes para alimentar un país con higiene y salubridad, o para “desnutrirlo” y que muera de inanición. Una industria que debe organizarse y controlarse es la basura plástica. Ya que se indicó en el Foro Económico Mundial que para el 2050, habrá más plástico que peces en términos de peso en los océanos. El uso de este material tóxico y dañino, ha incrementado su uso en medio siglo por veinte veces, y según cálculos de expertos, se duplicará en los próximos 20 años. Acelerado ritmo y exponencial, pues tenemos que más de un cuarto de todo el plástico se utiliza para embalaje, sólo el 14 por ciento de los envases son reciclados, la tasa de reutilización comparada con el papel, el hierro y el acero es de 58 por ciento para el primero, y hasta 90 por ciento para el segundo y tercer componente.
La naturaleza es invadida, ya que según estadísticas subrayan que casi un tercio de los envases de plástico escapan a los sistemas de recolección, y 95 por ciento, o casi 120,000 millones de dólares al año son perdidos en este ciclo. Para concluir, se estima que dentro de casi 35 años, el plástico aumentará tres veces a 1,124 millones de toneladas; esta fábrica monetaria y comercial se llevará un 15 por ciento del presupuesto global del carbono del mundo, comparado con el uno por ciento hoy en día. Échele pluma para el colosal caos que contaminará cada país. Entonces México debe invertir en esta educación, de manera rápida y eficaz, imponer una materia académica en todo el orden, en todo el espectro escolar, en cada sistema vocacional.
Pasando por ejemplos claros como la Perestroika, una reforma basada en la reestructuración de la economía llevada a cabo en la URSS; el efecto que causó la caída del Muro de Berlín o Muro de la Vergüenza, y el ataque a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001. Son factores que imponen drásticas permutas de vida o muerte. En el presente, el dólar es un referente para tasar o cotizar producciones y servicios en nuestra nación. El peso ha perdido 21.36 por ciento ante el dólar, en poco menos de 13 meses, y advierten especialistas que en corto plazo, puede llegar a operaciones interbancarias a veinte pesos y hasta en 20.25 pesos al menudeo. Hay altos niveles de incertidumbre y volatilidad, ya que en el periodo de referencia, el tipo de cambio pasó de 14.7475 pesos por billete verde a 18.5696, perdiendo 4.005 pesos.
Supuestamente analistas indican que no hay riesgos de una recesión, pero la crisis es idéntica a la de 2008 y 2009. Ayer la moneda nacional fue apoyada por la extensión en la recuperación de los precios del petróleo, ya que el dólar interbancario opera alrededor de 18.38 unidades a la venta (avance de 1.80 por ciento), en ventanilla se vende a 18.70 pesos, ya que antier rebasara los 19 pesos. Esto hizo que la inflación en México subiera 0.03 por ciento en la primera quincena de enero, para ubicar la tasa anual en 2.48 por ciento, informó el INEGI. Se encuentra dentro del rango objetivo del Banxico, sin embargo, recordemos que nuestro país cerró 2015 con una inflación de 2.13 por ciento anual. Afectando a la clase obrera y la media, ya que estuvieron al alza el gas doméstico LP, la electricidad, vivienda propia, la leche pasteurizada y fresca, el tomate verde, la cebolla, los plátanos, la gasolina, servicios profesionales, loncherías, taquerías, y una larga lista de factores que nos harán perder, enfermar o morir.
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