La arquitectura es una forma de vida: Teodoro González de León




Al dar inicio a los diversos homenajes que se realizarán para celebrar los 90 años de vida de Teodoro González de León, uno de los arquitectos más prolíficos y sugerentes de México, el homenajeado aseguró que la arquitectura es una forma de vida.

“Llevo más de 80 años aprendiendo la manera de vivir, la forma de ser. No he aprendido disciplinas, las he convertido en formas de vida; la lectura es una forma de vida, el dibujo, la pintura, la escultura, son una forma de vida; visitar las ciudades es una forma de vida, escuchar música y la arquitectura son formas de vida; no tener ninguna religión es mi forma de vida”.

En la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, con la mesa de reflexión Teodoro González de León y sus pares, dieron formalmente inicio los festejos por los 90 años de vida y 70 de trabajo del arquitecto nacido en la Ciudad de México el 28 de mayo de 1926, creador de edificios emblemáticos como el Museo Tamayo, El Colegio de México, el corporativo Arcos Bosques, Reforma 222 y el Museo Universitario Arte Contemporáneo.

Ante familiares y amigos del homenajeado, la directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), María Cristina García Cepeda, destacó que para la Secretaría de Cultura, a cargo de Rafael Tovar y de Teresa, es un orgullo dar inicio a los actos de homenaje que son un esfuerzo interinstitucional para celebrar a este artista del concreto y la luz.

Su estilo, temperamento y personalidad, dijo, “han dejado una huella indeleble en nuestro paisaje urbano, muchas felicidades por tu invaluable legado, por la pasión y cariño por tu oficio, por tus magníficas construcciones que han permitido a millones de mexicanos experimentar con mayor gozo esta ciudad”.

Por su parte, la escritora y periodista Silvia Cherem indicó que González de León es el arquitecto que ha creado la mayor cantidad de edificios emblemáticos y espacios públicos de este país y es nuestro mejor exponente de la arquitectura contemporánea mexicana y universal, por lo que merece ser el segundo mexicano que obtenga el premio Pritzker, luego de que en 1980 lo hiciera Luis Barragán.

Confió que en los próximos años el jurado de este importante reconocimiento “valore la economía de líneas de tu obra, tu rigor geométrico, tus volúmenes perfectos altamente funcionales y de alto nivel creativo, tus proporciones masivas que son referente a un mismo tiempo a la arquitectura prehispánica de Mesoamérica y a las voces más vanguardistas del siglo XXI”.

Sin embargo, Teodoro González de León aseguró: “a mí no me importa, nunca busco premios; de verdad, no; nunca he pensado en eso” y agregó que el último Pritzker, otorgado al chileno Alejandro Aravena, estuvo muy bien dado.

En tanto, el arquitecto Enrique Norten celebró este merecido homenaje y recordó que del ejemplo de González de León “aprendí que la arquitectura es una forma de vida, no un oficio de ocho horas diarias que requiere de dedicación absoluta y mucha paciencia, que no existe la inspiración y la obra de un arquitecto es producto del arduo y constante trabajo cotidiano, que para ser arquitecto se necesita un compromiso total de todos los días y la arquitectura se hace en silencio”.

El también arquitecto Francisco Serrano, quien conoció a Teodoro González de León hace 54 años y con quien colaboró en la creación de edificios emblemáticos, como las embajadas de México en Brasil, Guatemala y Alemania, consideró que se trata de un “personaje clave de la segunda parte del siglo XX y desde luego hasta la fecha, sin su pensamiento, sin su incansable afán por innovar, no tendríamos muchas cosas que ahora disfrutamos”.

Finalmente, el historiador Enrique Krauze consideró que González de León es un arquitecto platónico, un arquitecto de ideas cuyos edificios son “como islas de solidez y serenidad en el naufragio de la ciudad, enclaves perfectamente funcionales de tradición y modernidad”.

“Pienso en sus grandes espacios, texturas, volúmenes, taludes prehispánicos, pero también en los patios, arcos y motivos coloniales, mestizaje integrado por su vertiginosa imaginación”, agregó.

En el marco de este homenaje se realizará otra mesa el 10 de junio en El Colegio Nacional con la participación de Juan Villoro, Felipe Leal y Jesús Silva-Herzog Márquez, entre otros, y se exhibirá una escultura efímera transitable en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo.

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