En las diversas sedes de la edición XXIX de Jornadas Alarconianas que se desarrollan en Taxco, los espacios al aire libre y centros culturales se convierten en teatros para disfrutar de una programación dirigida a todos los públicos con talleres, obras infantiles y estelares, además de conferencias magistrales.
Las Jornadas Alarconianas tuvieron como estelar la magnífica presentación de la actriz Susana Alexander en el Corral Plateresco con un público que disfrutó una colección de poemas de diversos autores seleccionados por la propia actriz sobre la figura materna en la sociedad mexicana. Cada lectura dramatizada estuvo aderezada con su característico sentido del humor y toques de reflexión en su interpretación "Aquí estoy amor".
En la Plazuela de la Veracruz se encuentra el Corral Infantil, donde los montajes son especiales para que los pequeños tengan una opción de disfrutar las artes escénicas. Las risas y emociones se vivieron al máximo gracias al trabajo escénico de las actrices Paola Rebolledo y Xareni Orzal que por medio de alebrijes y muñecos contaron una historia en la obra “Sopita de Letras” de la Compañía de la Fundación UNAM, dirigida por Santiago Alonso Rodríguez.
Para el público adolescente y adulto, la obra de teatro “Los minutos se vierten, dirigida por Adrián Asdrúbal Galindo Vega de la compañía Onorismos tuvo gran aceptación en el teatro Juan Ruíz de Alarcón del hotel Posada Misión. Un collage de recuerdos y anécdotas narrada con un lenguaje directo hacia el espectador a quien se le intenta sensibilizar sobre la relación con las personas de la tercera edad.
En la parte académica, el Centro Cultural Casa Borda fue sede de la presentación del libro del escritor Isaías Alanís, quien tiene una amplia publicación de libros y diversos textos sobre el desarrollo cultural de Guerrero y en el contexto de Jornadas Alarconianas habló sobre su obra “El Caballo Zapatista” con los comentarios de la promotora cultural, Analí Lagunas; el Director de Casa Borda, Saturnino Abarca y la moderación del profesor Fulgencio Bustamante.
Sobre su libro, Isaías Alanís dijo que es una reminiscencia de su infancia “se trata de relatos y anécdotas sobre pueblos, la vida campirana y la gente sencilla”; además de considerar al caballo como un símbolo de poder y el medio de transporte importante en siglos pasados principalmente en las épocas de las guerras de Independencia de México y su Revolución, con lo cual enaltece de nuevo la identidad de los pueblos guerrerenses.
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