La historia básica ha sido siempre igual: un alquimista que hace un pacto con el diablo. Lo que ha cambiado es la manera de relatarla; desde el teatro comunero de títeres hasta la compleja literatura de Thomas Mann y Paul Valéry, el mito de Fausto ha sido reinterpretado por siglos para explorar las consecuencias de la corrupción, de la moral, el hedonismo y la gloria intelectual.
De todas aquellas versiones, la adaptación al cine que F. W. Murnau realizó en Fausto(Faust – Eine deutsche volkssage, 1926) es la primera en tratar de recuperar sus orígenes, indicó Javier García-Galiano durante su ponencia dentro del ciclo Charlas sobre cine alemán, la cual se llevó a cabo en la Sala 4, Arcady Boytler.
Organizada por la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), la Dirección de Literatura de la UNAM y la Cineteca Nacional, la serie de charlas se lleva a cabo los lunes, con el propósito de reflexionar sobre la relación entre literatura germánica y cine. En esta sesión el escritor veracruzano habló sobre la obra fundamental de Murnau y los valores populares que reinstauró en el mito fáustico.
“Creo que tiene un poco de pastorela”, comentó el novelista. De acuerdo con su análisis, el filme de Murnau retoma los inicios folclóricos de la historia de Fausto que se habían extraviado en sus iteraciones literarias más severas. Una señal de esto es el tratamiento de comedia de la película. “Rescata mucho el sentido del humor que a veces no se ve mucho en Goethe, por ejemplo. Mefistófeles se vuelve cómico en muchos momentos”.
García-Galiano marcó el punto de partida del mito de Fausto, precedente bíblico de los famosos títulos de Goethe y de Marlowe en la figura histórica de Simón El mago. El hechicero samaritano que eventualmente fundaría el gnosticismo, aparece en el Nuevo Testamento como un hombre mágico y corrupto que, luego de subyugar al pueblo de Samaria bajo sus encantos, intenta comprarle poderes divinos a Pedro.
Antes de concluir la charla, el traductor de textos germánicos, cuyos trabajos incluyen El cazador Graco (Der jäger Gracchus, 1917), de Franz Kafka, y Mantrana (1984), de Ernst Jünger, invitó a la audiencia a aproximarse al arte alemán que, aunque luce completamente distinto a las inquietudes mexicanas, es más pertinente de lo que parece.
“La cultura alemana —o austriaca o suiza alemana— nos puede parecer ajena, pero, como decía Borges, en América Latina tenemos la ventaja de que no somos europeos: tenemos nuestra propia cultura y nos podemos apropiar y enriquecer con todo lo que es europeo, de Oriente y de todos lados”, concluyó.
La próxima sesión de Charlas sobre cine alemán estará dedicada a Effi briest (Rainer Werner Fassbinder, 1974), obra adaptada de la novela homónima de Theodor Fontane, la cual se llevará a cabo el lunes 11 de julio a las 18:00 horas en la Sala 4. La entrada es libre y las cortesías de acceso estarán disponibles en la taquilla 5 de la Cineteca Nacional.
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