“Escribo por una necesidad imperiosa; no puedo dejar de pasar muchas semanas sin hacerlo. En el principio redactaba un cuento sólo ocasionalmente y lo hacía para ser diferente. Pretendo señalar las desigualdades con el medio que me rodea y simultáneamente crear un mundo distinto, a mi gusto. Decir que tengo cosas importantes que transmitir resulta una soberana pedantería. Cualquier hombre que haya viajado, leído en abundancia y tomado en serio su tarea de vivir, tiene cosas importantes que contar. Mejor es explicar que uno, como literato, posee una forma de ver las cosas, una forma artística y, desde luego, una visión del hombre y de la cultura que permite llegar a un cierto grado de profundidad” expresó en su momento escritor René Avilés Fabila (Ciudad de México, 15 de noviembre, 1940 – Íbid., 9 de octubre, 2016) en el texto “¿Por qué, para qué y cómo escribo?” de su libro Material de lo inmediato publicado por la Secretaría de Cultura en la colección Periodismo Cultural en 1995.

El novelista, cuentista, promotor cultural y académico señal que escribe a causa de su posición ideológica, de acusar a una sociedad enferma, dividida en clases, llena de injusticias y sin libertad. “En todos mis libros hay siempre críticas al capitalismo que conocí. A veces obvias, a veces veladas, discretas. En tal sentido, inalterablemente mis historias y mi estilo me han guiado por la pasión. Al escribir, como dijo un crítico literario, lo hago lleno de amores y de odios”.

En cuanto a la pregunta de ¿para quién escribe? El autor anota que nunca ha pensado en un gran número de lectores. “Uno quisiera escribir para todo el mundo. Pero esto es absurdo, especialmente en un país semianalfabeto, enajenado y de valores reñidos con el arte. Mis lectores son unos cuantos, quienes saben leer optan, en el mejor de los casos, por los best seller o por obritas ligeras, novelas rosas y sandeces por el estilo.”

René Avilés Fabila describe el proceso al se somete: lograr la idea “la historia que deseo narrar”, ya sea por un estímulo externo o algo propio; otorgar el género; extensión; y por último la estructura de la obra. “En mis textos, cualquiera que sea la temática, aparece un fondo político, social. En mi literatura, siempre hay elementos de esta especie, aun en los cuentos fantásticos, aun en las novelas de amor. Mi estilo es directo y claro, un tanto burlón, carente de metáforas, pero en el discurso hay grandes alegorías, sátiras, parábolas, casi todos los elementos que utilizan los humoristas en su afán de zaherir a la sociedad”.

En su libro, Material de lo inmediato, podemos encontrar textos como “En apoyo a la brevedad” en el que manifiesta su postura ante los textos breves, pues en “tiempos modernos” la literatura enfrenta nuevos retos mediáticos, cine, radio, televisión, etcétera, además de que la crisis no tolera la compra de muchos libros al mes. “Considero que los textos cortos sugieren, despiertan la imaginación, lo hacen a uno meditar, reflexionar, paradójicamente, de manera larga y profunda”. El libro está dividido en cinco capítulos: Sociedad y literatura, Teoría literaria, Los homenajes, Los autores queridos y Artes visuales. En el que reúne artículos periodísticos que aparecieron en distintas revistas y suplementos culturales. Principalmente en El Búho. Trabajos sobre las aficiones personales, como libros, autores o sucesos que llamaron la atención del escritor y cómo el autor describiría “como en ninguno de mis libros, éste es autobiográfico. Si alguien lo lee, me verá de cuerpo entero, con mis gustos y mis disgustos”. 

Catedrático a lo largo de 50 años en la Universidad Nacional Autónoma de México, René Avilés Fabila inició su carrera literaria en 1960 y cinco años más tarde, en 1965, obtuvo la beca del Centro Mexicano de Escritores, con la cual escribió su primer libro de cuentos Hacia el fin del mundo, editado por el Fondo de Cultura Económica.

Entre sus obras más relevantes se encuentran títulos como: Los juegos, El gran solitario de Palacio y El amor intangible; cuentos como Hacia el fin del mundo, El Evangelio según René Avilés Fabila y El bosque de los prodigios. Además, creó su propia fundación para la promoción de la cultura, teniendo como proyecto central la creación del Museo del Escritor, inaugurado en diciembre de 2011, proyectó que se cerró en 2015.

Reconocido como Protagonista de la Literatura Mexicana por el INBA y miembro del Sistema Nacional de Creadores, René Avilés Fabila también ejerció una amplia y reconocida labor periodística en los ámbitos del análisis político y la divulgación cultural. Colaborador de periódicos como El Día, El Universal, Excélsior, Diario de México y unomásuno. De las revistas Siempre!, Diorama de la Cultura, Conservatorianos y Casa del Tiempo.

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