Concluyó el Encuentro de Son Jarocho en el Cenart




Un viaje musical sonero por San Juan Guichicovi, Oaxaca, y los municipios de Minatitlán y San Andrés Tuxtla, Veracruz disfrutaron cientos de personas en las áreas verdes del Centro Nacional de las Artes, en la que fue la última jornada del 5º Encuentro de Son Jarocho. Fiesta de las Jaranas y las Tarimas.

En una tarde calurosa los Jaraneros mixes de Guichicovi, el grupo Tacoteno y Félix Baxín y su grupo, dieron una probadita de sus propuestas musicales y lo viva que está la tradición musical del son jarocho, con las interpretaciones de El Toro Zacamandu, La Culebra, El Palomo, entre otras.

Con suficiente antelación decenas de personas buscaron el mejor lugar para disfrutar de la versada, el baile y la música de la región del Sotavento; algunos cargaron con sillas desplegables, sombrillas, y sacaron de su guardarropa los lentes de sol, sombreros, gorras, vísceras y zapatos abiertos.

La fiesta y la diversión en comunidad fue generada al máximo con el grupo Tacoteno que al llamado de “Súbanse a la tarima”, levantó de sus lugares a las féminas que son alegría y ánimo empezaron a zapatear.

El director de la agrupación, Juan Meléndez, dijo a la audiencia que el concierto estaría dedicado a la agrupación Mono Blanco, con motivo de sus 40 años de trayectoria, por impulsar el movimiento jaranero, y lo que es la fiesta colectiva del fandango.

El repertorio interpretado por el grupo que ha realizado giras culturales por los estados de Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Tabasco, Estado de México, Tlaxcala, Hidalgo, Querétaro, Guanajuato, Guerrero, así como en Estados Unidos y Canadá, se integró de El balaju, El durazno, La candela, El cascabel y El buscapiés.

“Es un gusto estar con un público tan receptivo. Con el movimiento jaranero se recupera el derecho a que ustedes participen, que no sean sólo un consumidor, que tienen derecho a bailar, a hacer su versada, a hacer otras propuestas”, expresó Juan Meléndez a la audiencia integrada en su mayoría por jóvenes y adultos.

Agregó que en sus conciertos su principal objetivo es divertir al público con repertorio conocido, pero también mostrarles canciones que casi no se tocan.

Mujeres ataviadas en faldas largas, cortas, pantalón de mezclilla, playeras y blusas de algodón sacaron sus mejores pasos sobre las tarimas, en las que se podían ver tacón alto, tenis, sneakers, huaraches y sandalias.

Fue con la interpretación de La culebra, que la fiesta comunitaria llegó a su apogeo al participar decenas de personas en la pieza La culebra, donde al ritmo de la música generada con las jaranas, las percusiones, el marimbol y las palmas de los presentes.

El grupo Tacoteno concluyó su participación con la ejecución de El toro zacamandu, con la que todos sus integrantes (músicos y bailarinas) terminaron bailando sobre las tarimas, dejando el ánimo en alto.

En esta jornada dominical de cierre, la audiencia conoció la propuesta de los Jaraneros mixes de Guichicovi, dirigida por Teo García, agrupación indígena de la Villa de San Juan Guichicovi, Oaxaca, localizada en la zona húmeda de la región del istmo de Tehuantepec, pertenecientes a la etnia del Mixe Bajo (Ayuuk) y de la extensión territorial de la región del Sotavento.

Su presentación en la que se interpretó El Guachito, El Guachacero, el Son del Mayordomo, tuvo la peculiaridad de tener entre sus instrumentos al cántaro de barro.

En el acto se explicó que la música que se toca en Guichicovi está ligada a lo religioso y lo fúnebre, por lo que se toca en los velorios, novenarios; y qué al fallecer un niño, se le rinde su ritual tocando el Son del Angelito.

La presentación de los Jaraneros mixes de Guichicovi siguió con la interpretación de Yaa Dabi (Canción mixteca), una composición al quelite, elemento importante de su comida tradicional, para despedirse con Virginia que Sí Virginia que No.

El final del Encuentro de Son Jarocho llegó a su término con la presencia en el escenario de Félix Baxín y su grupo, el cuál llevará por nombre Cosechando herencia, integrado por nietos, hijos y nueros del músico.

El “orgullosamente” campesino, compartió a los presentes su gusto por sembrar maíz. En su presentación interpretó El fandanguito, El palomo, El pájaro Cú y El siquisiri viejo, cerrando con broche de oro al interpretar La bamba, con la cual la audiencia zapateo fuerte y enérgicamente, lamentando que la Fiesta de las Jaranas y las Tarimas llegara a su fin.

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