Realiza joven biólogo acapulqueño curso de observación de aves




Por Lalo Arteaga 

Andrés Sebastián Fuentes Vega, es un joven biólogo de 25 años, que con apoyo de la CONABIO (Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad) va a impartir un curso de observación de aves del 9 al 18 de agosto en el zócalo de Acapulco. Serán dos días para las clases teóricas, los días consecutivos serán en el jardín botánico y se planea una excursión a la laguna de Tres Palos para observar los diferentes tipos de aves que ahí habitan.

El objetivo principal del biólogo, es sentar las bases para este tipo de actividades aquí en el puerto de manera positiva para la conservación del medio ambiente, y para que la gente se relacione más con la naturaleza, aunque anteriormente "Guerreros Verdes", del cual Andrés Fuentes es miembro, e indicó que ya se había hecho algo parecido, aunque ésta es la primera vez que se va hacer de esta forma.

El joven espera que su curso quede como antecedente para este tipo de actividades,  y que con el tiempo este tipo de actividades se puedan mejorar, y señala que “el crecimiento urbano en Acapulco está matando su hábitat natural”.

“Acapulco al ser de clima tropical, tiene una gran variedad de especies que en otros lugares no se encuentran, entre la gran variedad de especies que se pueden encontrar aquí en el puerto, hay de ecosistemas selváticos, de matorrales, hay también muchas especies de ecosistemas costeros, inclusive se pueden encontrar de carácter pelágico, lo raro de éstas es que sólo se encuentran a kilómetros mar adentro. Pero el descontrolado crecimiento urbano de Acapulco está afectando de forma muy grave el medio ambiente de estas aves ya que, al no tener ningún control ni planificación urbanística, generan una infinidad de problemáticas ambientales que se están presentando aquí en el puerto, y que están mermando las poblaciones de aves y la biodiversidad en general, así como los ecosistemas naturales que todavía tenemos en Acapulco".

Continúa el biólogo que "básicamente es culpa de la apatía social que hay en los sectores relacionados con el tema, desde organizaciones gubernamentales hasta privadas, incluso instituciones académicas vinculados que no están poniendo el interés suficiente y necesario para la conservación de la flora y fauna de Acapulco”.

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