Enrique Vargas Orozco
TODO INDICA QUE DESAGRACIADAMENTE ES CIERTA LA INFORMACIÓN
DE LA PGR
Claro que para los padres de los 43 alumnos de Ayotzinapa es
muy cruel y por lo mismo inaceptable la versión que les presentó el procurador
general de la República, Jesús Murillo Karam, en el sentido de que los 43
desaparecidos fueron llevado al basurero de Cocula, donde fueron asesinados los
que seguían con vida, para luego quemarlos totalmente, recoger las cenizas y
huesos que quedaron para tirarlos en las aguas del río San Juan, donde
desaparecieron la mayor parte de esos vestigios.

Ojalá fuera así de sencillo y el mismo gobierno seguro que
desearía que esa versión fuera cierta, pero todo indica que no hay manera de
que fuera real y de que en un momento dado algún grupo que los mantuviera
ocultos se pronunciara y reclamara un rescate por ellos, pero no hay
posibilidades de que eso pudiera suceder.
Todos los datos y el seguimiento de la información muestran
que los cuerpos incinerados en Cocula eran de los normalistas, porque no hay
otro grupo que igual hubiera sido desaparecido y que los sicarios que los
recibieron de los policías de Iguala y Cocula los llevaran al tiradero. No hay
más grupos desaparecidos, sólo los normalistas que coinciden en número y en las
expresiones ante los sicarios en el sentido de que eran estudiantes.
Es una desgracia enorme, sin duda, que no puede ni debe
quedar impune.
Los autores intelectuales, los que dieron la orden de actuar
contra ellos ya están detenidos y son José Luis Abarca y su mujer, María de los
Ángeles Pineda, también presos los policías que los detuvieron y los entregaron
y hasta varios de los sicarios y su jefe, que dio la orden de asesinarlos. Sólo
falta el jefe de la policía de Iguala, Felipe Flores Velázquez y el resto de
los sicarios que intervinieron.
Obviamente que todos ellos van a recibir las condenas
máximas que establece la ley, mientras que Abarca, su familia y demás
implicados en sus negocios se van a quedar sin nada, porque el gobierno les va
a decomisar todas las propiedades que hayan sido adquiridas con recursos
ilícitos, que son la mayoría, y las hijas y demás familias que andaban
presumiendo su riqueza y haciendo derroche, es muy probable que se queden en la
indigencia o casi.
Que no están identificados los normalistas, es cierto, y
casi es seguro que nunca se podrá hacerlo, porque los delincuentes buscaron
desaparecer toda evidencia, pero la investigación, que inició el estado y
continuó la PGR tiene elementos suficientes para demostrar la agresión a los
normalistas, el secuestro por los policías, la entrega a los delincuentes y los
evidentes rastros y elementos físicos que demuestran su muerte y su
incineración.
No hay duda que todos serán castigados con el mayor rigor de
la ley.
LA VIOLENCIA NO RESUELVE NADA, SÓLO AFECTA LA ECONOMÍA DEL
ESTADO: ORTEGA
Más que los padres de familia y la gente cercana a los
muchachos sacrificados, que aunque indignados y exigentes de que se haga justicia,
como tienen derechos a hacerlo, quienes se han dedicado a vandalizar las
oficinas del gobierno estatal son grupos ajenos, con objetivos políticos, que
buscan dañar a las instituciones con la intención de buscar beneficios
personales y de grupo, pero que no ayudan a la solución y superación de los
problemas y sí, en cambio, dañan severamente la imagen del estado y de sus
centros turísticos.
Por eso, el gobernador Rogelio Ortega hizo un llamado a
todos los activistas que promueven acciones de protesta por el caso de los
normalistas a no caer en acciones agresivas y destructivas que atenten contra
terceros y afecten la economía estatal, porque lo que se requiere es
reconstruir la paz, la tranquilidad, la armonía social, para recuperar la
gobernabilidad democrática.
En una reunión con representantes de la iglesia católica de
varias entidades, el mandatario estatal dijo reconocer y respetar el dolor de
las familias de los estudiantes, pero pidió que ese sentimiento no lleve a los
actos de violencia que se han visto, como la agresión al palacio de gobierno y
la destrucción de vehículos de empresas particulares.
Es evidente que esos actos de violencia irracional no
conducen a nada, porque las grandes cadenas comerciales pierden algunos
vehículos que tienen asegurados, pero la disminución de la actividad económica
afecta al pueblo porque habrá choferes, cargadores y otros trabajadores
humildes que se van a quedar sin trabajo, además de que los productos que roban
o impiden que lleguen a las tiendas se encarecen artificialmente.
Reconoció el funcionario que es totalmente comprensible la
situación de dolor de los padres de los desaparecidos, pro hizo ver que eso no
justifica los actos de violencia que infunden terror e impiden la llegada de
turistas, que son la base de la economía del estado, porque no sólo los
hoteleros sufren pérdidas, sino que los más afectados son los trabajadores que
se quedan sin trabajo, tanto en hoteles, como en restaurantes, tiendas, centros
de diversión y hasta en las calles donde mucha gente obtiene su subsistencia.
POR ESO, LA IMPUNIDAD Y la tolerancia no se pueden extender
de manera permanente, porque los vándalos son los mismos que llevaron a los
normalistas más novatos al sacrificio, aparte de los infiltrados que tienen
otras intenciones políticas o simplemente de daño a la sociedad.
No se trata de reprimir con violencia las manifestaciones
que se producen diariamente, sino evitar el saqueo y la destrucción de bienes
públicos y privados.
Para eso, debe hacerse un trabajo de inteligencia para
ubicar e identificar a los vándalos y los delincuentes y aprehenderlos en
acciones especiales de la Policía Ministerial, estatal o federal, y someterlos
al imperio de la ley. Si se hace, ya se verá que más pronto que tarde todas
esas acciones violentas y destructivas irán bajando de intensidad y frecuencia,
hasta desaparecer.
No se trata de reprimir los movimientos sociales, como
rechaza el gobernador Rogelio Ortega, sino de capturar a los delincuentes que
operan encubiertos bajo el manto del rechazo popular a lo ocurrido.
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