HUGO FALCÓN PÁEZ
El negocio es
comprar algo útil, no vender lo contrario.
Hay
demasiados partidos políticos en México, sí. Al fin y al cabo, en el sufragio terminan
como muéganos. Olvidando la idea, los estatutos, el organigrama, el proyecto y
el desarrollo en bien de la democracia. Claro está que no es dinero bien
invertido desde un inicio. Pero según expertos indican que es la sana competencia
en el pluralismo político, un régimen que muestra a los mexicanos la
posibilidad de elegir, incluyendo a los políticos, un plan para robustecer la
sustancia en el proceso electoral, así como fortalecer al país en todos los
rubros. Es claro que esas ventajas o beneficios distan de la realidad, y la
ciudadanía vive una verdad olvidada. Como muestra, el año pasado el Instituto
Federal Electoral (IFE) recibió la petición y solicitud de 52 organizaciones
para conformarse como partidos políticos, sólo tres lo lograron. Hoy son diez
partidos políticos, a los cuales debemos alimentar en su grotesca hambre de dominio
y control.
Tomando la premisa
que sin un pasado no se lee un futuro, hubo decenas que son historia. Tal como
el Partido Demócrata de México (PDM), el Partido Auténtico de la Revolución
Mexicana (PARM), o el Partido Alianza Social (PAS). Los cuales fueron
construidos para actos serviles de los partidos predominantes, en el peor de
los casos. O bien, fundados por algún idealista o un cúmulo de ellos en aras de
la utopía. En la actualidad, hubo agrupaciones que gracias a Dios y a las leyes
de los hombres no lograron el reconocimiento. Curiosos nombres, como el
“Partido Unificador de Estados Democráticos Evolucionarios y Nacionalistas”,
“Asociación de Profesionistas y Profecionales (sic) de Servicios Comunitarios”,
“Partido Universitario de México”, “Partido Demócrata Migrante Mexicano” o
“Pueblo Republicano Colosista”. En el 2013, los partidos se repartieron 3,563
millones de pesos, bajo esta monstruosa cantidad, el monto de financiamiento
público para los partidos crece cada año, en el entendido que se calcula con
base al aumento de padrón de electores. En julio de 2014, el recién Instituto
Nacional Electoral (INE), dio el registro a Movimiento Regeneración Nacional
(Morena), Encuentro Social (PES) y al Partido Humanista. Aunado a que estos
institutos les corresponde el 2% del financiamiento total para las fuerzas
políticas, ya que recibirán 31.7 millones de pesos, más 4.6 millones para
capacitación, franquicias postales y telegráficas. Ahora bien, estas corrientes
cuentan con prerrogativas garantizadas para actividades ordinarias. Así como los siete partidos políticos nacionales que se repartieron en
2014 una bolsa de 3,810 millones de pesos de financiamiento público, un monto
6.9% superior a lo que recibieron en 2013, según el acuerdo aprobado IFE. El Partido
Revolucionario Institucional (PRI), tendrá 1,060 millones de pesos; el Partido
Acción Nacional (PAN), 890 millones, y el Partido de la Revolución Democrática
(PRD), 678 millones. La repartición entre los cuatro partidos considerados
pequeños quedó en 335 millones de pesos para el Partido Verde Ecologista de
México (PVEM); para el Partido del Trabajo, 292 millones (PT); para Nueva
Alianza (Panal), 277 millones y para Movimiento Ciudadano, 275 millones.
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