Con la idea de abordar la dualidad ser humano-animal, el poeta jalisciense Gustavo Íñiguez trabaja en la escritura del libro Vocación de animal, en el que buscará ligar los instintos animales a una intención espiritual.
Apoyado por el Programa de Estímulos a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA), este proyecto implica la creación de un poemario en que la estética animal es el hilo conductor de cada uno de los versos.
En entrevista con el Conaculta, Gustavo Íñiguez Gómez destacó que se trata de un libro de poesía cuya temática “trata de involucrar las cuestiones espirituales, ligándolas con las cuestiones del instinto animal”, donde lo antropológico se empata con un lenguaje místico.
Los principales motivos de este poemario son eróticos y religiosos: la conciliación de la carne con Dios, lo cual, dijo el escritor, “tiene que ver con la idea de conciliar más bien, la parte luminosa y la oscura que todos tenemos”.
Para ello, cada uno de los poemas tiene como pretexto una pintura con motivos animales y así construir los versos a partir de la plástica, para lo cual el autor se remonta a las pinturas rupestres ubicadas en la Cueva de Altamira.
En este sentido, explicó que “la estética animal se va construyendo con la plástica y así se van tejiendo los hilos que van dando como resultado estos poemas” que prácticamente ya se encuentran terminados.
“Estoy replanteando algunas cosas para darle la unidad, porque me gusta trabajar el libro más que como poemas sueltos, como unidad. En este caso lo que los congrega o los convierte en esta parte unitaria, sería la cuestión temática”.
Vocación de animal estará integrado por cuatro partes, donde el autor abordará primero la cuestión del individuo, después el de la especie así como la idea de la vocación y finalmente, el aspecto animal, porque en estos poemas dijo, “la voz hablante es un animal, digamos, humano”.
Egresado de la Universidad de Guadalajara, Gustavo Íñiguez busca la posibilidad de que este volumen pueda ser publicado por alguna editorial. Comentó que decidió solicitar la beca del PECDA para llevar a cabo esta iniciativa literaria porque “me pareció un apoyo muy padre la posibilidad de trabajar un proyecto a un año con un ingreso mensual, es lo que me motivó porque te puedes dedicar y concentrar más bien en el proyecto, ya teniendo la línea de tiempo”.
Además, dijo, “tenía cuates que me habían hablado de la beca como algo muy padre para estar trabajando en un proyecto” en este caso literario, para alguien como él, que cursó estudios de Turismo a pesar de su gusto por la poesía.
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